Alucino en colores viendo la plaza de la Soledad. Tengo para mí que es un espacio emblemático del Casco Antiguo. Y, si no, que se lo pregunten a Amigos de Badajoz, defensores, donde los haya, de las esencias badajocenses o al mismo ayuntamiento. Tanta inquina contra el proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes sólo puede explicarse por el deseo de preservar ese ambiente urbano. Y resulta que, luego, se dan por buenos los evidentísimos fallos en su nueva reforma. Será que la obra del museo la hace un organismo regido por el enemigo.

Pues resulta que ahora van y ponen un corralito infantil allí --detalle conmovedor-- como si en las cercanías no hubiese parques para los niños. ¿Quién va a llevar allí a sus churumbeles? Está claro. Los clientes de la terraza del bar más cercano. ¡Oiga, no se pasen! Dejen el sitio como está, porque el estilo moderno del invento desentona con la arquitectura de la plaza y, seguramente, invade el área de protección de algún monumento. Aquí siempre pasa eso. ¿O no?

Y, además, van y hacen que la estatua de Porrina --sí, de Porrina de Badajoz--, una de las pocas personalidades artísticas contemporáneas nacidas aquí y reconocidas urbi et orbe, se baje del pedestal. Esa escultura es un objeto de culto y, a estas alturas, estaba tan integrada en su esquina que, seguro, moverla debe atentar contra la Ley de Patrimonio. El día menos pensado los niños parque se le suben a la cabeza al maestro y tenemos un disgusto. Si defendemos el Patrimonio, defendemos el Patrimonio. O ¿es que no hemos de luchar porque se mantenga el monumento en su estado original? Aunque sólo sea por representar a un personaje que ha dado más lustre a esta ciudad que la mayoría de los sabios que pululan por sus calles. Y no se olviden de los chorritos del suelo. Los llaman fuente. Serían comprensibles en una superficie llana. Pero, ¿en plano inclinado y sin pilón? Claro, el día que los probaron aquello parecía Venecia con el agua alta. ¿Es de la red o reciclada?

Mucho remolonear con el Museo de Bellas Artes, pero alguien se carga la plaza con su falta de sentido común y nada. Y Amigos de Badajoz, los amigos del Ayuntamiento de Badajoz, ¿qué tienen que decir a eso?