Desde las siete de la tarde había agentes de la policía local vigilando San Atón para evitar que hubiese jóvenes que, atendiendo a la convocatoria de un macrobotellón a través de internet y SMS, se decidiesen a acercarse a la plaza, donde la celebración de botellones es ilegal. La presencia policial se incrementó a partir de las diez de la noche. Una veintena de agentes de la Policía Nacional y local se repartieron en todas las esquinas de la plaza, con varios furgones, suficientes para alertar y disuadir a quienes se atreviesen a acercarse. Otros tantos estaban preparados por si llegase a haber problemas.

En algunos momentos, a primera hora, hubo "conatos" de grupos que iban decididos a la plaza. Los agentes interceptaron a una pandilla que había venido desde Cáceres en autobús, dispuesta a pasarlo bien, pero se les informó de que beber en este lugar no estaba autorizado y que podían ir al paseo Fluvial o el nuevo Vivero.

El macrobotellón estaba convocado justo a la medianoche, pero los agentes calculaban que posiblemente no llegaría gente hasta pasada la una de la madrugada. La dificultad radicaba en que la prohibición se limita a tomar alcohol, pero no otro tipo de bebidas, circunstancia que podría complicar la actuación policial. A la hora de cierre de esta edición ni siquiera había jóvenes en el paseo Fluvial, un lugar que sí está autorizado.

Ayer por la mañana, el director general de Juventud, Juan José Maldonado, hizo un llamamiento a la responsabilidad de la gente joven "porque existen cauces y maneras de reivindicar los problemas y soluciones a demandar", les recordó.