El delegado del Gobierno, Oscar Baselga, participó la madrugada de ayer con el jefe superior de Policía, Julián Martínez, en un dispositivo de control en Suerte de Saavedra, dentro del plan que anunció a los vecinos para acabar con el tráfico de drogas y la inseguridad que éstos han denunciado.

La incursión, en la que estuvo presente EL PERIODICO, comenzó a media noche con una decena de agentes y mandos policiales y cuatro vehículos a los que se unió otro de la Policía Local. En dos horas hicieron cuatro controles, identificaron a 32 personas y registraron 5 coches en Suerte de Saavedra y Los Colorines, dos de las zonas más conflictivas. En ese tiempo no se registró ningún delito en la ciudad. Según Baselga, por efecto de las patrullas conjuntas, que han reducido un 20-25% los delitos nocturnos, según añadió Martínez.

Nada más entrar en el barrio, había un grupo de jóvenes en torno a una hoguera que los agentes sofocaron con un extintor, para luego identificar a los presentes y hacer las comprobaciones por radio. Algunos eran niños y parecía que la situación les divertía.

LLAMADAS POR MOVIL

Uno de ellos llamó por un móvil y poco después llegaron dos coches, que fueron registrados. A varios de ellos se les multará con 50 euros por hacer fuego.

En la avenida Antonio Hernández Gil se identificó a otro grupo, también con su fogata, en una imagen de degradada estética neoyorquina. Poco después, a la entrada de Los Colorines había otra, pero nadie a su alrededor, porque, según los agentes, les avisaron los primeros. Aquí las calles estaban desiertas, aunque se paró y registró un coche y a sus ocupantes. Uno de ellos era conocido como falsificador de billetes.

Baselga manifestó que la policía se mantendrá en Suerte de Saavedra, "donde viven unas 8.000 personas, la mayoría buenas y trabajadoras; porque no podemos permitir que 15 o 20 rompan la tranquilidad y la convivencia". Ante la dificultad de obtener pruebas que presentar en juicio, "intentamos que la presencia policial haga que quienes vengan a comprar droga se vayan".

La policía tiene identificados a los supuestos traficantes pero su forma de actuar hace difícil cogerles con "mercancía", pues disponen "de pisos habitados en los que guardan la droga, por si se registra sus domicilios, que no se encuentre". Baselga confía en pacificar la zona en un mes.