La Policía Judicial y la Científica de la Jefatura Superior investigan quién pudo abrir y cómo la rejilla de la caseta de alta tensión del parque de La Viña, en el Gurugú, en la que la tarde del pasado lunes se electrocutó un niño de 13 años, que resultó con quemaduras de segundo grado con afectación del 20% de su superficie corporal. También tres policía y dos bomberos que intervinieron en su rescate sufrieron quemaduras superficiales de las que ya fueron dados de alta, mientras que el menor permanece ingresado en la unidad de quemados del hospital madrileño La Paz, desde donde no facilitan parte médico de su evolución.

En la investigación colabora la compañía propietaria de la caseta de alta tensión, Endesa, desde donde afirmaron que «colaboramos como hacemos siempre, facilitando todos los datos e información que nos solicitan».

Esas mismas fuentes indicaron que «no es fácil abrir esa rejilla, porque estaba anclada y contaba con una placa antivandálica». Además de que «para quitarla se necesitan herramientas y pesa bastante», lo que les lleva a pensar que pudo haberla abierto o entreabierto algún adulto, más que unos niños.