La policía local ha intensificado la vigilancia para impedir que se hagan botellones fuera del único lugar en el que desde el 1 de septiembre del 2016 está permitido en Badajoz, el recinto ferial de Caya. El pasado lunes los agentes iniciaron estos controles específicos para impedir el consumo de alcohol en la vía pública coincidiendo con el inicio del curso académico.

El primer día ya se denunció a dos personas que estaban bebiendo en la plaza de Santa María de la Cabeza y se disuadió a un grupo de jóvenes que se disponían a hacer botellón en este mismo espacio. Las explicaciones que dieron los sancionados es que desconocían que no se pudiera beber en estos lugares, por eso la policía local quiso recordar ayer, especialmente a los estudiantes que llegan nuevos a la ciudad, que se pueden enfrentar a una sanción de 300 euros si incumplen la normativa.

El superintendente, Rubén Muñoz, explicó que estos controles, aunque se mantienen durante todo el año, se multiplican cuando comienzan las clases en los institutos y la universidad, pues se ha detectado que en diferentes zonas de la ciudad «proliferan pequeños focos de botellón», que se quieren erradicar desde el primer momento.

Estos controles se llevarán a cabo en la alcazaba, en el paseo Fluvial, en la plaza de Santa María de la Cabeza y zonas adyacentes, como la plaza de Conquistadores, y el entorno del estadio Nuevo Vivero. No obstante, no se descarta que de forma aleatoria se realicen en otros puntos de la ciudad donde se reciban denuncias por la celebración de botellones o la policía sospeche que se puedan estar produciendo.

VENTA A MENORES / La policía local no vigila únicamente que no se haga botellón donde no está permitido, sino que esta campaña lleva aparejados controles para evitar la venta de alcohol a menores o fuera del horario establecido (hasta las diez de la noche), así como que personas mayores de edad compren las bebidas a quienes aún no tienen la edad para poder adquirirlas. De estas funciones se encarga una patrulla de paisano del Servicio de Información Local y Cometidos Específicos (Silyce). En todos los casos, quienes infrinjan la ley se enfrentan a sanciones económicas de 30.000 euros.

En lo que va de año, según los datos facilitados por el superintendente, se han levantado 80 actas denuncia por consumir bebidas alcohólicas en lugares no autorizados. La mayoría de los infractores fueron sorprendidos en la alcazaba -sobre todo en los meses de junio y julio--, en el parque de Puerta del Pilar (conocido como Los Cañones), en la plaza de la Soledad, en los alrededores del Nuevo Vivero, junto a los locales del río y en la plaza de Santa María de la Cabeza y calles de los alrededores. Muñoz señaló que este número de denuncias en poco más de ocho meses «no es muy significativa», a pesar de lo que no se va a bajar la guardia para poner coto a los botellones ilegales.

Durante el verano «apenas» ha habido botellones en el recinto de Caya, pero con el inicio del curso la zona vuelve a llenarse las noches de los fines de semana. La policía local recordó ayer que, una vez que se designó como único lugar autorizado para consumir alcohol en la vía pública este emplazamiento, el ayuntamiento habilitó una línea de autobuses urbanos los jueves, sábados y vísperas de festivos, con salida desde la plaza de la Libertad (trasera hasta el ferial, que funciona en horario de once de la noche a cuatro de la madrugada.