Parece que el movimiento de colectivos da algún resultado positivo. No todo iban a ser protestas, denuncias, pleitos y alborotos. Badajoz nos preocupa y el afán de que se adopten nuestras propuestas, no siempre interesantes ni humildes, lleva a proponer soluciones disparatadas. Y, no pocas veces, la visión cúbica acaba haciendo que disparatemos.

Se ha presentado un plan para el recinto abaluartado. Albricias. No sé muy bien si la idea fue de la Plataforma Cívica o del ayuntamiento. O si hay algún protocolo en la ocurrencia. Es igual. ¡Hágase el milagro y hágalo el Diablo! Es obvio, creo haberlo escrito, que uno de los mayores monumentos de Badajoz, su muralla exterior, está menospreciada y se ha maltratado sin mesura. Las proposiciones son sensatas y me gusta especialmente la posibilidad de cerrar bien, sin falsificar, tramos que faltan y de marcar los ya irrecuperables, gracias a la estulticia de algunas administraciones.

Se me queda corto en lo que se refiere a liberarlo de corsés arquitectónicos. O sea, a eliminar edificios que ahora lo constriñen. Ya sé, esto es muy complicado, caro, y se enfrentaría con la oposición de mucha gente. Pero no se trata de solucionar todo el problema de una vez. El largo plazo en los proyectos también debe ser tenido en cuenta por los políticos, tan poco amigos de dejar a sus sucesores nada por inaugurar. Aquí se derribó el cuartel de Menacho y el seminario de San Atón. No sería para escandalizarse.

En todo esto sólo me chirría la financiación. Se habló de un consorcio. O sea, que se cuenta con la Junta. Y, tal como funcionan las cosas aquí, es fácil que alguien rehuse la oferta y haya bronca. Porque, ¿el plan se presenta para que realmente pueda llevarse a cabo o para provocar un rechazo que dé argumentos en contra, de cara a las municipales? Comprendo que soy muy desconfiado, pero... Me extrañó el acto de presentación. ¿Qué hacía en la mesa --no es nada personal-- Amigos de Badajoz ? Por la misma razón podía haber estado la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo o alguna de las limítrofes afectadas. El tiempo demostrará si, de verdad, hay voluntad, cuando no hay numerario, de hacer algo serio o esto es sólo un brindis al sol, escenificado para contar con el apoyo público de los afectos. O para neutralizarlos.