Un recluso del centro penitenciario de Badajoz, E.G.S., se fugó el jueves del recinto varias horas, hasta que sus familiares lo devolvieron al centro.

Es un interno de tercer grado que sale a trabajar y vuelve a la cárcel a dormir. Pero al saber que su contrato se acababa, se marchó. Según los sindicatos Acaip y FSP-UGT esto ha ocurrido por la falta de personal en la prisión, ya que el funcionario de la puerta debe atender la sección abierta y la centralita al mismo tiempo.