Quienes hayan visitado este fin de semana la plaza Alta para participar en las actividades de Al-Mossassa habrán comprobado al anochecer cómo en alguna de las ventanas de las Casas Coloradas ya había luz y se asomaba gente desde las terrazas de uno de los bloques. Era la prueba evidente de que estos apartamentos, resultantes de la obra de rehabilitación de esta singular edificación, ya tienen inquilinos.

El primer ocupante de uno de los 24 apartamentos resultantes de la rehabilitación es Francisco Gordillo, que recibió las llaves el jueves pasado y ya ha dormido en su nueva casa, un pequeño piso con hermosas vistas a la plaza Alta, de una sola habitación, por el que debe pagar mensualmente 197 euros.

Francisco Gordillo, que vive solo, se enteró por un anuncio de que se alquilaban estos pisos y se apuntó. Luego lo llamaron y aceptó las condiciones.

Ayer todavía se afanaba en colocar objetos personales, en una casa que se muestra encantado de ocupar. Hasta ahora nunca antes había vivido en el casco antiguo, pero le entusiasma estar en la plaza Alta, donde además la inauguración de su vivienda ha coincidido con el jaleo y el ruido de Al-Mossassa. "Ha sido casi una celebración", dice refiriéndose a las posibles molestias.

18 AÑOS DE ESPERA Estas casas pertenecen a la Junta, que llegó a un acuerdo en 1988 con el ayuntamiento para rehabilitarlas. Ya han pasado más de 18 años. La obra se paralizó, y con el abandono fue desvalijado parte de lo construido. En el 98, la Junta retomó el proyecto y los trabajos concluyeron en el 2004. De la gestión de estas viviendas se hizo cargo al Sociedad Pública de Alquiler, del Ministerio de Vivienda, que a su vez las puso en manos de una agencia, Fincas Corral, que se ha encargado de firmar los contratos de alquiler con los adjudicatarios.

Los 24 apartamentos son de distinta superficie y diferente distribución y se reparten entre dos portales. Francisco Gordillo vive en un primero y justo en la puerta de al lado se está instalando una pareja de jóvenes. José Manuel Paz y su chica también se apuntaron cuando se enteraron de que se alquilaban las Casas Coloradas. Primero les adjudicaron un piso, pero era pequeño y al mes, le ofrecieron otro, en el que finalmente se han quedado, de 90 metros, con amplias habitaciones. Su alquiler mensual es de 300 euros. Ellos ya han vivido en el casco antiguo, pero ningún sitio como la plaza Alta. "Es muy bonito, una pasada", dicen.

OPCION DE COMPRA En el contrato que firman los inquilinos, se deja claro que si en algún momento estos pisos se ponen a la venta, sus ocupantes tendrán opción preferente de compra. El contrato de arrendamiento es por un año, ampliable a otros cinco. La intención de estos primeros inquilinos es, de momento, quedarse por mucho tiempo. Les gusta el sitio y no dudan de que se puede vivir bien y de que cuando lleguen todos sus vecinos, jóvenes en su mayoría, se revitalizará la plaza.