Estamos en fecha preelectoral y las ideas arrecian. Se acaba de presentar un plan estratégico para nuestra ciudad. Se le ha llamado Plan B, con B de Badajoz. Quiere decirse que se ha retomado la presentación del carnaval de hace dos años. Un antifaz que, en horizontal, era lo propio y, en vertical, la inicial del nombre de aquí. Espero fervientemente que el plan aludido no sea una manifestación más de humor carnavalero, con B de Badajoz.

Se apuntan ideas interesantes. Ya le vale a la corporación poner alguna propia sobre la mesa, después de un larguísimo período de gobierno del municipio. Me resulta curioso que, ahora, se considere la posibilidad de comprar el edificio que reproduce La Giralda. Han tardado en caer. Pero, está bien. Falta que sepan a qué dedicarlo. Las últimas rehabilitaciones de edificios históricos, cuando se han concluido --a veces no-- han pecado de desconocer su uso futuro. Fíjense sólo en los sucesivos emplazamientos teóricos de los servicios culturales, que no tienen consuelo a sus destinos probables.

Luego se quieren recuperar los baluartes. Dicho así queda bien. En realidad restan pocos recuperables . Pero me amosca la oferta de nuevos aparcamientos. ¿Se piensa en unos para construir los otros? ¿Van a destrozar algún otro baluarte intacto para llenarlo de coches, con o sin supervisión arqueológica? Debieran aclararlo.

Pero hay algo que me preocupa más. Por la fechas, podría pensarse que el equipo de gobierno del ayuntamiento --PP-- presenta un plan estratégico para convertirlo en pocas semanas en programa de las elecciones municipales. Si eso es así, dejo la duda en el aire con deseo de equivocarme, me parecería algo impresentable. Nada que objetar a la presentación del programa, pero hacerla ahora, camuflada de iniciativa estratégica y pagada con dinero público --mucho o poco--, utilizando a la institución para un acto de partido, tiene nombre y es muy feo. Es costumbre difundida y de dudosa moralidad. Luzcan los políticos sus habilidades. Inauguren, que es bueno para el ciudadano. Demuestren que cumplen. Pero no nos presenten como institucionales ideas de partido, pagando con dinero de todos la propaganda partidista. Ya podían haber tenido antes esas mismas ideas. Tiempo han tenido. Porque, la mujer de César no sólo tiene que ser honrada, también parecerlo.