Las obras de restauración del retablo mayor de la catedral metropolitana de Badajoz, que comenzaron el pasado mes de marzo, se prolongarán cuatro o cinco meses más, al incluirse finalmente la mejora de las pinturas murales del presbiterio, una actuación que en un primer momento no se contempló, según aseguró a este diario Miguel Ponce de Cuéllar, deán del templo.

Esta es una de las actuaciones más importantes que se incluyen en el plan director para la conservación de la catedral y es financiada a partes iguales por la Junta de Extremadura y Caja de Badajoz, que han destinado un presupuesto de 360.000 euros para acometer esta restauración y la del retablo de la concatedral de Mérida. Este diario desconoce si la inclusión de las pinturas en el caso del templo pacense incrementará el presupuesto previsto inicialmente ni cuál es la situación precisa de la obra, ya que la Consejería de Cultura no facilitó la información solicitada al respecto.

Desde marzo están colocados los andamios en el templo, donde el equipo de restauración de la empresa Tekne realiza los trabajos encomendados. En el lugar se colocó un altar provisional, más pequeño, desde donde se ofician las misas, con el fin de que las obras afecten lo menos posible a la actividad dentro de la iglesia.

TODO EL CONJUNTO El deán explicó que responsables de Patrimonio y de Caja Badajoz "visitaron el retablo y reconocieron que si se dejaban sin restaurar las pinturas y se arreglaba el retablo, habría un choque muy fuerte, por eso se decidió restaurar todo el conjunto".

El retablo de la catedral de San Juan Bautista se encargó a Ginés López del círculo madrileño en 1715 y se asentó en la catedral en 1717, dorándolo en 1722 Manuel de los Reyes. Es de estilo barroco policromado, con columnas salomónicas y una iconografía simplificada que oculta un tabernáculo. En el siglo XIX estuvo a punto de ser retirado del altar mayor para construir otro neoclásico.

La restauración viene determinada por un estudio que se hizo en el 2003, en el que se advirtieron varias patologías. El estado de deterioro aconsejó una intervención. Se vieron desajustes porque el retablo se desmontó en más de una ocasión, por ello había un vencimiento, además de hongos, grietas, y pérdidas de volúmenes y de la policromía.

REPONER PIEZAS El deán se mostró partidario de que los restauradores repongan las piezas que falten, "porque éste es un lugar litúrgico no un museo, y los santos son para la devoción".