Ahora que el Ayuntamiento de Badajoz ha aceptado que sean los propios vecinos los que propongan cómo se puede reorganizar la Uva para elaborar un plan especial con el concurso de todas las administraciones, el presidente de la asociación de vecinos de esta barriada, Francisco Bazaga, propone una solución que según él sería ventajosa para los habitantes de la zona y también para empresas constructoras que se atrevan a concurrir. Básicamente la solución consiste en construir viviendas nuevas en un terreno anexo, ahora baldío, existente entre la barriada y la carretera de Cáceres donde se trasladarían todas las familias de la Uva y, a cambio, la promotora que hiciese estas nuevas casas se quedaría con el terreno de las actuales viviendas y que, según Bazaga, se encuentran en una situación privilegiada.

Aunque el presidente de la asociación no cuenta aún con la aquiescencia de sus vecinos, dice que ya ha trasladado su idea a otros miembros de la junta vecinal y que la llevará a una asamblea, según ha declarado a EL PERIODICO Francisco Bazaga, quien se muestra convencido de que los habitantes de la Uva estarían dispuestos a ceder sus casas actuales por otras nuevas.

DE LA JUNTA El espacio que ocupa el barrio actual tiene un perímetro de un kilómetro y medio, en cuyo interior existen 802 viviendas de las cuales 600 son en propiedad y las restantes pertenecen a la Junta de Extremadura, que las tiene alquiladas a sus ocupantes. Bazaga cree que los terrenos que él propone para trasladar el barrio son de propiedad pública, lindan con la vía férrea, en las traseras de los talleres de la diputación, frente a la Escuela de Ingenierías Agrarias. El presidente del colectivo vecinal plantea que las administraciones públicas intervendrían en esta operación facilitando el terreno donde levantar las viviendas nuevas y habría que contar con la Junta como propietaria de un tercio de las casas actuales.

Bazaga también ha pensado cómo se deber hacer el realojo, de tal manera que los receptores de las nuevas casas se trasladen a viviendas cuyas condiciones sean acordes con la situación de sus actuales casas, ya que aunque tienen más de 40 años, muchas han sufrido importantes mejoras. Las administraciones también intervendrían con las obras de urbanización y eximiendo del cobro de impuestos a la empresa constructora que se atreva con este proyecto.

El presidente vecinal piensa que el realojo debería hacerse de una sola vez.