Anurada Babu Manue, tiene 8 años, vive en su poblado de la India y posiblemente desconoce cómo es Badajoz. Pero un día, un ciudadano de esta provincia extremeña se cruzó, al azar, en el camino de este niño: fue el día en que decidió apadrinarle y darle un pequeño "empujón" hacia un futuro mejor.

El apadrinamiento de niños con dificultades se ha convertido en una de las prácticas solidarias más extendidas. Unos 8.800 ciudadanos de la provincia de Badajoz tienen apadrinados, al menos, a otros tantos niños en distintos puntos de India, Asia, Africa y América Latina.

Estas personas realizan su labor solidaria a través de las principales ONG que tienen programas de apadrinamiento. Fundación Intervida es la que más socios de la provincia aglutina, un total de 5.017, seguida de Ayuda en Acción, que tiene unos 1.760, y Fundación Vicente Ferrer, con 919. Les siguen Global Humanitaria, con 791 padrinos, Comparte, con 61, y Ayudemos a un Niño, con 21 asociados.

VINCULO No existe un perfil concreto de padrino, ya que los hay de todas las edades, profesiones y procedencia. Aunque en el caso de Ayudemos a un Niño destacan en la provincia los jubilados y en Ayuda en Acción proliferan los padrinos de entre 35 y 44 años y con estudios medios o superiores.

Con esta fórmula de ayuda directa se contribuye a mejorar la salud y la educación de un niño del Tercer Mundo y a toda su comunidad. Pero el objetivo, según la representante de Fundación Intervida, Sara Prieto, no se centra únicamente en abonar un dinero "sino en crear un puente afectivo y efectivo de ayuda mutua y comprensión entre dos realidades". Por ello, la mayoría de las ONG se esfuerzan por mantener un "vínculo" entre los socios y sus ahijados.

Las cuotas suelen ser de 18 a 20 euros mensuales por cada niño, una cantidad que en la provincia para muchas personas puede resultar elevada. Por ello, algunos empleados de la Base Aérea de Talavera decidieron aunar esfuerzos y crear un grupo de apadrinamiento como fórmula para reducir el coste.

UN EJEMPLO A SEGUIR Los promotores de esta iniciativa, que surgió en enero de 1998 en el Taller de Motores, son José Barroso y Luis Oyola, a quienes se les ocurrió la idea. "Empezamos a extender la voz y en poco tiempo nos juntamos cerca de 30 compañeros, pusimos un fondo de dos euros mensuales cada uno y apadrinamos primero a dos niños, luego ampliamos a cinco", según recuerda Luis Oyola. Desde entonces se mantiene en la base aérea esta iniciativa, que sus integrantes recomiendan a otros trabajadores y empresas, "porque el esfuerzo económico es pequeño pero es mucho lo que se consigue". Aunque, Luis Oyola reconoce que hay quien desconfía de estos programas "la gente que participa es consciente de lo importante que es su colaboración, que no sólo es para los niños apadrinados sino que redunda en beneficio de toda una comunidad".

Estos trabajadores han ayudado Ashwiri Swaminath Surar, Imran Salims Shaikh, Lima Liton Moll y Aminul Abdul Kader. También a Poota Sahebrao Pathare y Anuradha Babu Mane. En la actualidad tienen apadrinados a cinco pequeños, tres en la India, uno en Perú y otro en Guatemala.