TPtues, la verdad, ya que estamos en propuestas utópicas y he pedido antes que se hagan planes a largo plazo, aún en época de crisis, y se vea el modo de recuperar lo que queda de la fortificación abaluartada de Badajoz, voy a seguir con los votos. No es mi intención convertirme en predicador, pero, puestos a pedir, que nadie alegue ignorancia, para justificar falta de preocupación.

Las defensas modernas de nuestra ciudad no se limitan, como es sabido, al recinto mismo, sino que poseyeron, y poseen, varios elementos defensivos suplementarios, aunque, por lo que se deduce de los documentos, sufrieron reformas y modificaciones substanciales después de la Guerra de la Independencia. No quiero entrar en disquisiciones, pero lo que es cierto es que aún quedan por proteger, restaurar y, quizás, usar para otros fines, alguno de aquéllos, cuyo estado es calamitoso o lleva camino de serlo.

No costaría mucho dejar limpia y bien visible, no a medias como ahora, la cabeza de la salida del puente. No requiere demasiada obra y es una buena presentación para quienes llegan de la estación de tren. ¿Dónde está el problema? Y, ¿qué decir de la luneta de La Picuriña? Tan difícil sería reconstruir lo hundido y dejarlo visible y en estado de revista. Ya sé que allí no cabe nada. Pero es un monumento y como tal debiera ser tratado. Del fuerte de San Cristóbal no hay mucho que añadir. Sólo que dentro no cabe un gran establecimiento hostelero y que deben protegerse el edificio, su entorno y los glacis. Aún estamos a tiempo y el ayuntamiento debiera, de una vez, tomar cartas en el asunto y dejar de esperar hipotéticas propuestas privadas. Y, finalmente, me parece una extraordinaria idea la propuesta de la Asociación de Vecinos de San Roque, para convertir el fuerte de ese barrio en un centro cultural. Hace mucho que podría haberse hecho y debería darse a esa zona de Badajoz mayor protagonismo cultural.

Ya lo sé. Esto son brindis al sol. A ver si alguien los incorpora a algún programa electoral y acabamos viéndolos convertidos en realidad. No todo puede ser día a día. También hay que marcar horizontes utópicos. Utópicos pero sensatos.