El grupo municipal socialista exigió ayer a la concejala de Cultura, Paloma Morcillo, que cumpla el acuerdo plenario de hace año y medio y la avenida de Entrepuentes pase a denominarse Avenida de Entrepuentes Eladio López Alegría, como por unanimidad consensuaron todos los grupos en febrero del 2016 a propuesta del PSOE.

Los socialistas, en colaboración con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) solicitaron que se dedicara una calle al primer alcalde de Badajoz por elección democrática, pero, pese a que se aprobó en pleno y en los 17 meses que han trascurrido se ha abordado esta cuestión en diferentes comisiones de Cultura, no se ha obtenido una respuesta «satisfactoria por parte del equipo de gobierno».

La concejala del PSOE Mariben García defendió, a través de una nota de prensa, que la ciudad «merece honrar» en su callejero a Eladio López Alegría, así como al general de la Fuerza Aérea Portuguesa Humberto Delgado y su compañera Arajaryr Campos, asesinados en 1965 en el término municipal de Badajoz. La decisión de dedicar una calle o plaza a estos dos últimos también fue aprobada por unanimidad en un pleno en abril del 2016. «No pedimos otra cosa que se cumpla el acuerdo de la aprobado en sesión plenaria y que la asignación de calles no se eternice por más tiempo y no añadir así más olvido a sus nombres», reclamó García.

Para los socialistas un lugar «adecuado» para llevar el nombre de Delgado y Campos sería la plaza superior del nuevo aparcamiento de Conquistadores, que se abrió al público el pasado viernes. «Se trata de un lugar digno, que cuenta con el beneplácito de la familia y es acorde a la relevancia simbólica de los homenajeados», argumentó el PSOE.

El grupo municipal socialista instó a la concejla de Cultura que «antes de irse de vacaciones» se coloque con la «solemnidad» que merece la placa de la avenida Entrepuentes Eladio López Alegría y que se agilicen «al máximo» los trámites necesarios para que la plaza del apacamiento Conquistadores se dedique al general Humbero Delgado y Arajaryr Campos, cumpliendo así con el acuerdo plenario y «la memoria histórica de la ciudad».