El grupo municipal socialista criticó ayer que la partida que destina el Ayuntamiento de Badajoz a cooperación al desarrollo no vaya a aumentar en el 2018 y se mantenga «estancada» en los 130.000 euros desde hace años. Que crecieran los fondos para este fin fue una de las propuestas que el PSOE llevó al último Consejo Municipal de Cooperación al Desarrollo, pero, según lamentaron los socialistas a través de un comunicado, no salió adelante por la oposición del Partido Popular y Ciudadanos.

El Partido Socialista explicó que ambos grupos plantearon una subida en función de los próximos presupuestos municipales, lo que la concejala socialista Monserrat Rincón considera una propuesta «inconcreta e insuficiente», pues no hay «garantía de que se produzca» ni fecha para la aprobación de las cuentas del consistorio.

Rincón también propuso que se estudiase la posibilidad de que se pague por anticipado el total de la subvención que se concede a las oengés a través de la convocatoria anual que realiza el ayuntamiento, como, según recordó, ya hace la Diputación de Badajoz o la Agencia Extremeña de Cooperación al Desarrollo de la Junta de Extremadura. Asimismo, defendió la necesidad de aumentar los gastos indirectos relacionados con la gestión de los proyectos hasta un 10%, aunque ninguna de sus iniciativas contó con el respaldo de PP y Cs.

No obstante, el grupo municipal socialista se congratuló de que «al menos» se aprobase su petición de crear una mesa de trabajo para abordar las cuestiones relacionadas con la cooperación al desarrollo y, en concreto, estudiar la posibilidad de incorporar la compra pública ética en el ayuntamiento. Pese a que esta propuesta salió adelante, la concejala del PSOE confió en que no ocurra como con la mesa de trabajo que se acordó poner en marcha el año pasado para cambiar las normas de organización y funcionamiento del Consejo Municipal de Cooperación al Desarrollo, que aún no se ha convocado.

Sobre el consejo, Rincón aprovechó para reprochar que la última convocatoria no llegara a todas las entidades que lo componen, lo que, a su juicio, es un síntoma de «dejadez» y supone un «agravio comparativo», por lo que esperó que no vuelva a ocurrir en el futuro.