El tiempo acompañó y quienes no se fueron de puente, a la Feria de Sevilla o al Premio de Motos de Jerez, acudieron a la romería de Bótoa. A pesar de que los citados factores restaron público, según Gonzalo Robles, de la Hermandad, la zona de la ermita estuvo tan concurrida que costaba hallar una encina libre para comerse la tortilla a la sombra. Las mayores colas de vehículos se registraron a hacia las doce, según la Guardia Civil.

Tras las diversas misas celebradas en la ermita, la procesión de la Virgen salió alrededor de las 12.30 horas, acompañada por las históricas lavanderas, grupos de personas ataviadas con el traje regional, caballistas y carrozas, que este año ha habido más que en otras ocasiones, quizás debido a la crisis, hasta el punto de que el jurado establecido para el concurso de esta modalidad pidió permiso a la hermandad para ampliar el número de premios, ante el aumento de participación, como también los de trajes y platos típicos.

Uno de los momentos cumbres de la jornada fue la tradicional subasta del ramo de flores y del rosario que saca la Virgen en procesión. En esta ocasión, fue de nuevo el expolítico Luis Ramallo quien se adjudicó, una vez más --ha pujado al menos 12 años-- el ramo de flores por la cifra de 3.000 euros, mientras que el rosario, subastado por el mantenedor del acto, Emilio González Barroso, se lo llevó Maribel Abad, de Valdebótoa.

Por otro lado, se produjo un accidente en el itinerario de la romería. A las 11.15 horas, una moto y un coche chocaron en el kilómetro 56 de la Ex-110; el conductor de la primera fue trasladado al Infanta Cristina, grave, con trauma dorsolumbrar y fractura de muñeca; el del coche, ileso. Otro conductor de moto resultó menos graves al colisionar con un coche a las 15.56 horas en la Ex-310.