"He luchado seis años por mi hijo y seguiré luchando, porque él se lo merece, ha pasado muchísimo para salir adelante", relata José Luis Sánchez Muñoz, un hombre de 52 años, vecino de Valdelacalzada, que duerme en la calle a las puertas del Palacio de Justicia de Badajoz en protesta por la "injusticia" que considera se ha cometido con su hijo.

Este hombre, provisto de mantas y de fotografías, se ha apostado ante los juzgados para reclamar la indemnización de 196.000 euros que tenía que haber percibido su hijo, José Luis Sánchez Naranjo, a raíz del grave accidente que sufrió el 20 de diciembre del 2004, y de la que aún no ha cobrado ni un euro.

Aquel día, este joven, que entonces tenía 22 años, regresaba de su trabajo de Guadiana a Valdelacalzada, era repartidor de butano, cuando dos caballos se atravesaron en la vía por la que circulaba y no pudo esquivarlos. "Estuvo cinco meses en la UCI y seis meses en Fremap y le ha quedado una minusvalía del 52%", explica su padre.

El juez, en una sentencia, obligó al propietario de los caballos a indemnizarle con 196.000 euros, pero cual fue la sorpresa de la familia del joven cuando descubrió que a los diez días del accidente el dueño de los caballos hizo un alzamiento de bienes a favor de su mujer, declarándose así insolvente.

La otra parte recurrió la sentencia "y ahora nos dice el juez que ese alzamiento no se hizo con mala intención", señala José Luis, quien mantiene que "sí actuó con mala fe, dejando desamparado a mi hijo. Ellos se han comprado una casa más grande y más bonita en Valdelacalzada, mientras mi mujer y mis hijos están padeciendo".

José Luis cree que todo el mundo comete errores y que "la justicia aquí se ha equivocado, mi hijo no puede quedar indefenso por un alzamiento de bienes".

Ahora espera que ante el recurso que ha presentado primen las secuelas físicas y los daños morales que sufre el joven, que ha trabajado en la ONCE y ahora de conserje.

Este padre asegura que seguirá durmiendo en la calle hasta que se haga justicia y anunció que iniciará una huelga de hambre. También está recogiendo firmas de apoyo de ciudadanos y no descarta llevar el caso "al Tribunal Supremo, al Constitucional o donde haga falta", señaló.

Su hijo no puede acompañarle "porque tiene las caderas atrofiadas y sufre dolores, y aquí hace mucho frío".