Mario Neves nunca olvidó aquellos días de agosto de 1936. "Quiero dejar Badajoz cueste lo que cueste, lo más rápido posible y prometiéndome a mí mismo que no volveré nunca. Por mucho que me mantenga en la vida periodística, jamás se me presentará acontecimiento tan impresionante como el que me ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios".

Mario Neves era en 1936 un joven periodista de 24 años con estudios de Derecho que había llegado a Badajoz el 15 de agosto como corresponsal del Diário de Lisboa. El párrafo anterior pertenece a la última de las cuatro crónicas que envió a su periódico al contemplar lo sucedido en la ciudad extremeña tras ser tomada el 14 de agosto de 1936 por las tropas del teniente coronel Yagüe.

Lo que después fue conocido como la matanza de Badajoz destempló los nervios de Neves y envió directamente al manicomio a un colega y tocayo suyo, Mario Pires, periodista del Diário de Noticias que mandó una crónica desde Badajoz el 16 de agosto y sufrió un ataque de locura a causa de la intensidad de su experiencia pacense.

¿Qué sucedió en Badajoz aquel agosto del 36 que volvió locos a los periodistas y que 67 años después aún sigue despertando controversias? ¿Cuántos republicanos fueron fusilados en la plaza de toros pacense: 4.000 como declaró Yagüe, aseguró en 1936 el periodista Jay Allen y apuntó recientemente el historiador Justo Vila?

PERIODISTAS Y ABOGADOS

¿Fueron 1.200 como escribió entonces el periodista Jacques Berthet y calcula hoy el historiador Reig Tapia; fueron los 1.500 que recogió el Colegio de Abogados de Madrid en un informe realizado por Eduardo Ortega y Gasset? Y por último: ¿Hubo realmente fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz?

La polémica, que parecía calmada, se ha recrudecido en las últimas semanas. La inminente defensa de una tesis sobre la represión en Badajoz realizada por el historiador pacense José Luis Gutiérrez Casalá, donde se rechaza la teoría de las matanzas en la plaza de toros y se sitúa el lugar de los fusilamientos masivos en la plaza de San Juan, ha levantado un gran revuelo en Badajoz.

A esta tesis, resumida por Casalá en una entrevista a EL PERIODICO EXTREMADURA, se une la publicación del libro La columna de la muerte del historiador de Villafranca de los Barros Francisco Espinosa, donde se sostiene la existencia de matanzas en la plaza de toros.

Para acabar de encender la polémica, el exgrapo Pío Moa ha convertido en best seller su obra Los mitos de la guerra civil , que ya va por la 14 edición. Dedica un capítulo a Las matanzas de Badajoz donde defiende la "casi segura falsedad de las historias de cientos o miles de prisioneros masacrados en la plaza de toros o en otros puntos".

El tema de la plaza de toros ha vuelto a ser tema de tertulia en los cafés pacenses, es objeto de debate en las televisiones locales y no se han hecho esperar las reacciones políticas: IU organizó el pasado 14 de abril un acto de desagravio y homenaje a los republicanos muertos en la plaza de toros (7.000 según su concejal González Bermejo).

Tampoco falta en la diatriba la guinda de los recelos académicos entre investigadores. Así, en ámbitos historiográficos extremeños no se ve con buenos ojos lo que entienden como postura despreciativa de Francisco Espinosa. A su vez, el investigador de Villafranca critica en su libro "el escaso tratamiento de la cuestión y la falta de interés de la Universidad de Extremadura casi desde su creación (...) por la matanza de Badajoz".

Pío Moa llama "estudioso izquierdista" al catedrático de Historia de la Uex y director de la tesis de Gutiérrez Casalá, Fernando Sánchez Marroyo. Mientras que Espinosa critica a Marroyo por justificar de alguna manera los sucesos de Badajoz situándolos en el "contexto de urgencia por reanudar la marcha sobre Madrid que presionó sobre Yagüe y sobre sus gentes".

Polémicas aparte, lo cierto es que sigue habiendo puntos oscuros en torno a la cuestión. "El problema es que no hay ninguna documentación sobre lo ocurrido en la plaza porque allí empezaron las represalias en la noche del mismo día 14 de agosto, nada más entrar las tropas, y no intervenía la justicia". Quien habla es Francisco Pilo, autor de dos libros sobre el tema: Ellos lo vivieron y La represión en Badajoz .

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