En la madrugada de ayer ardieron dos vehículos y estuvo a punto de hacerlo un tercero, si no hubiese sido por un joven que se percató de que tenía una mecha de papel de periódico metida en el hueco del tapón de la gasolina a medio arder, dándole tiempo a avisar al propietario y a retirarla.

En estos sucesos, ocurridos en dos puntos cercanos a la N-V y a un kilómetro uno de otro, sólo se produjeron daños materiales; no hubo que lamentar heridos a pesar de que en el segundo, el vehículo ardió con varias explosiones afectando al bajo del número 16 de la calle Diego Garrido, que sufrió desperfectos en las ventanas.

El primer incendio se produjo a las dos de la madrugada en la zona industrial a la entrada a San Roque por la N-V; era un coche Peugeot y le faltaban las cuatro ruedas. Los otros dos ocurrieron a las siete de la mañana en la calle Diego Garrido, donde un Renault 11 que lleva 14 meses aparcados y en aparente estado de abandono -- según los vecinos, aunque la policía local les comunicó que tenía documentos al día--, ardió entre explosiones que "despertaron a mi hija, que vino llorando a avisarnos", según contó a EL PERIODICO Miguel Angel Redondo en el salón de su vivienda, el bajo izquierda.

Redondo explicó que "se llenaron de humo estas dos habitaciones" y, añadió su esposa, "nos tuvimos que salir al patio porque era imposible respirar, con los niños llorando". En el portal de enfrente hubo daños en las ventanas "por la fuerza calórica", dijo un bombero.

EXPLOSIONES Las explosiones alertaron al vecindario, que se echó a la calle, pero el primero en percatarse del suceso fue Jesús Flores, que vio una mecha en otro vehículo, aunque "no había nadie, debieron irse con las explosiones", dijo.

Juan Manuel Montoya, residente, explicó que "la rapidez de algunos vecinos impidió que quemaran más coches que había aparcados en fila".

Redondo se quejaba porque "la policía local no ha retirado el vehículo a pesar de las numerosas llamadas que hemos hecho para que se cumpliera la ordenanza; el coche estaba diciendo quemadme", aseguró. Joaquín Zambrano, dueño del BMW que tenía la mecha, tampoco vio a nadie cuando salió a la calle.

Un bombero afirmó que "menos mal que no hacía viento, si no se podría haber extendido el fuego a todos los coches aparcados con consecuencias mucho peores". Preguntado si han detectado un aumento de estos incendios, respondió que "no, son casos aislados".

Los propios vecinos limpiaron con una manguera lo que pudieron de restos y humos del incendio. Los más afectados fueron a denunciar ante la policía y otros se preguntan quién y cuándo retirarán el coche "porque ahora nos dicen que no es competencia del ayuntamiento, sino del dueño, el mismo que lo tiene aquí desde hace 14 meses", explicó Redondo.

Por otro lado, los bomberos sofocaron otro incendio ya pasada la mañana en una vivienda de la calle Díaz Vara, en San Roque, en la que ardió una cocina.