A veces la eliminación de barreras en lugar de aportar una solución, crea un problema. Es el caso del acceso al pasaje existente entre Fernando Calzadilla y la calle Zaragoza, donde han construido una rampa con tal pendiente que casi cuesta trabajo subirla a pie, cuánto más a una persona que vaya en silla de ruedas. Como era un peligro para los niños en patinete, alguien colocó al final de la bajada un obstáculo, con lo cual, la rampa ya es inservible.