Badajoz acogerá unas jornadas sobre La Raya abaluartada entendida no solo como una línea imaginaria o un grupo de ciudades con fortificaciones, sino como territorio con valores paisajísticos, ambientales, históricos, culturales y patrimoniales que recorren medio Portugal y cuatro comunidades españolas con sus ríos compartidos, con el fin de plantear una candidatura para su declaración de Patrimonio de la Humanidad. Un núcleo fundamental es el triángulo Badajoz-Olivenza-Elvas y la pretensión es que Badajoz lidere el proyecto.

Es un proyecto a largo plazo, complejo, que ya lleva 25 años de estudio e investigación y cuenta con gente comprometida. Aunque ahora sea difícil vislumbrar unos resultados que tardarán en verse, es muy posible que, de lograr el objetivo, se dé un cambio sustancial del modelo de desarrollo y convivencia de los pueblos que conforman la frontera más antigua de Europa.

¿Estará Badajoz dispuesta a liderar ese proceso? ¿o dejará que lo hagan otros como pasó con la candidatura de capital cultural europea? ¿o sucumbirá a los viejos tahúres y nuevos torquemadas capaces de alimentar hogueras con tal de no descubrir su trampa?