Nunca es tarde si la dicha es buena y, al parecer, ha sido buena para los que en principio se declararon afectados. El Ayuntamiento de Badajoz (léase la Inmobiliaria Municipal) decidió no reservar plazas del nuevo aparcamiento del casco antiguo a los vecinos que viven en su entorno porque, primero, según dijo en el acto de inauguración el alcalde, querían comprobar la "rotación" de los estacionamientos. El presidente de la Asociación de Vecinos, Pedro Alfaro, montó en cólera --literalmente-- y aunque ese día no asistió al acto de inauguración como forma de expresar su malestar, aprovechó otro acto en el que él era el anfitrión para arremeter contra el alcalde, contra la Inmobiliaria Municipal y contra todo bicho viviente que, según él, tuviera que ver con lo ocurrido. Reclamaba Alfaro que este aparcamiento era una aspiración del vecindario, que ahora se había visto truncada por intereses pecuniarios.

¿Y ahora qué? Después de que todo el mundo está enfadado, los vecinos con el ayuntamiento y el ayuntamiento con los vecinos, resulta que el párking no ha funcionado como se esperaba y que haciendo la media, no se llena a diario ni la mitad. Solución: el gobierno municipal hace de tripas corazón y resuelve que en tan sólo 17 días ya han comprobado que la demanda es insuficiente y que, quizá con los vecinos, puedan llegar a fin de mes.