Lsa obras de rehabilitación de la fachada y la torre de la iglesia de San Agustín ha concluido esta semana, después de casi tres meses de trabajo, iniciadas el 19 de abril pasado. El monumento ya luce sin andamios ni redes y se puede contemplar completamente recuperado en las partes objeto de actuación, que han sido la fachada principal, que da al sur, la nave lateral, y las cuatro caras de su campanario.

El trabajo realizado, ejecutado por Construcciones Olivenza, contrasta con la parte superior, visible, de la nave central, también en su fachada sur, que no ha sido objeto de esta actuación, ni las traseras, y que tendrán que esperar, debido a la falta de presupuesto, explicó a este diario Rocío Sardiña, arqueóloga e historiadora que ha sido la técnico encargada por la arzobispado de asesorar y supervisar las obras.

Además del aspecto general renovado que presenta el edificio, cuyo origen se estima que puede ser del siglo XI, entonces como mezquita --según estudios de Gussoine Rütenik y Fernando Valdés--, la fachada muestra una estela funeraria con una cruz patada --símbolo también de la Orden del Temple--, descubierta durante los trabajos de rehabilitación, sobre una columna situada en una esquina del pórtico de entrada -de lo que informó este diario el 19 de mayo pasado-.

La columna, ahora limpia, tiene el mismo tamaño que otra que se encuentra en la esquina sureste, con función de «quitacarros» para salvaguardar el edificio de los golpes de los carruajes, y lucen ambas --también podrían ser parte de la mezquita-- como si se hubieran descubierto cuando en realidad no estaban ocultas pero sí pintadas con el resto de la fachada en los años 80.

ELEMENTOS SINGULARES / Dado el tratamiento de la fachada estos elementos cobran protagonismo, en especial la lápida, así como un fragmento de un revoco anterior en cuadrícula, descubierto al final de la obra, que se ha consolidado para dejarlo visible como testigo, explicó la historiadora.

Este testigo surge al retirar «la tirolesa», capa de cemento con la que se cubrió el edificio que antes estuvo pintado de blanco, haciendo una falsa sillería que se fue perdiendo con el tiempo. Ahora, tras la limpieza de los muros, se ha tratado con un mortero bastardo de arena y cal apagada para unificar el muro y hacer la nueva falsa sillería que se puede apreciar en toda la fachada sur y en las cuatro caras de la torre, salvo el testigo del revoco primitivo en la cara oeste.

La construcción actual, de estilo clasicista, viene del siglo XVI, si bien se levantó sobre otro templo anterior, que fue mezquita de Badajoz, del siglo XI, ocupándolo los ermitaños de san Agustín, los agustinos, cuando se extinguió la Orden del Temple en 1311. Consta de una nave principal de grandes proporciones y dos laterales, con cuatro capillas.