El Plan Convive, que puso en marcha el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) en el 2012 para intentar solucionar los problemas de convivencia en bloques de viviendas sociales donde hay conflictos vecinales, ha conseguido enderezar las relaciones entre los inquilinos en 28 comunidades, 17 de Suerte de Saavedra y 11 de Los Colorines, según los datos aportados por la concejala de Servicios Sociales, Rosario Gómez de la Peña.

Este plan se incluye en el proyecto de intervención social dirigido a personas o familias en situaciones de riesgo o exclusión en zonas de especial vulnerabilidad de Badajoz, que acaba de sacar el IMSS de nuevo a contratación, con una duración de un año y la posibilidad de prorrogarlo otro más. El presupuesto anual es de 102.337,11 euros (IVA incluido). El IMSS decidió hacerse cargo de esta actuación con dinero municipal en agosto del 2012 porque dos años atrás había desaparecido el proyecto Barrios de la Junta de Extremadura que se financiaba con fondos europeos. Desde entonces, la fundación Atenea lo ha desarrollado. Los objetivos del proyecto son, por una parte, la mediación vecinal (Plan Convive) y, por otra, la mejora de las competencias y habilidades personales de los perceptores de Renta Básica.

El Convive se desarrolla en estas dos barriadas, donde existen viviendas sociales en las que se producen conflictos de convivencia por el deterioro de los pisos y de los elementos y espacios comunes de los bloques. Con la mediación vecinal se pretende la mejora de las relaciones, además de gestionar los problemas entre los adjudicatarios de las viviendas. Las actuaciones van orientadas a concienciar a los inquilinos de estos pisos respecto a sus obligaciones con las viviendas, porque cuando las ocupan firman contratos que los obligan a respectar una serie de normas, "pero a veces hay vecinos que no las cumplen y por eso surgen los conflictos que se intentan evitar con esta mediación", señala la concejala.

Con el proyecto del IMSS, en aquellos bloques donde se han constituido las comunidades de vecinos, se establecen acuerdos orientados a la mejora de la convivencia y los asesoran sobre las normas que deben seguir. Pero en otros no hay ni siquiera comunidades y lo que se intenta es darles la formación y que ellos solos las constituyan y sepan cómo funcionan.

El acercamiento se realiza a través de la delegación municipal de Vivienda, que fue la que detectó la existencia de anomalías en las relaciones entre vecinos de viviendas sociales, porque acudían inquilinos de la Junta, familias normalizadas que sufrían problemas con sus vecinos y pedían que los trasladasen. "Nuestra obligación es intentar atender y cambiar si es posible estas situaciones", apunta Gómez de la Peña. De ahí surgió el proyecto de mediación vecinal.

La delegación de Vivienda está en contacto con los técnicos del Plan Convive y, cuando van a intervenir en un portal, solicitan a los servicios territoriales de la Junta los datos de los inquilinos que ocupan ese bloque.

La colaboración con la Junta es indispensable. A partir de estos datos, se cita a los vecinos y se indaga en sus problemas de convivencia. Según Gómez de la Peña, se están obteniendo resultados. "El grado de satisfacción es buenísimo, están contentísimos en todos los bloques donde hemos actuado". 28 portales no son pocos, según la concejala, "porque es muy complicado", reconoce y apunta que además se requiere un seguimiento, ya que los inquilinos cambian y la implicación de los técnicos con los vecinos debe ser "enorme".

También actúan como intermediadores ante la Junta, como propietaria de las viviendas. El ayuntamiento comunica al gobierno regional las deficiencias de los bloques. Los inquilinos piden además que su esfuerzo se vea "recompensado". "Poco a poco la Junta se está implicando porque está viendo la labor que se está haciendo" y atiende las demandas. La concejala señala que el proyecto podría ser más ambicioso, pero con los medios disponibles, es lo que se puede hacer.