Se encuentra bien, sin rasguños ni magulladuras, aunque el susto no hay quien se lo quite del cuerpo y todavía ayer, según sus familiares, se mostraba "asustadina", pero ya en casa recuperándose. Narcisa R. M., de 80 años, fue rescatada por dos piragüistas y la Policía Local de Badajoz la tarde del martes, a las 19.00 horas, de las aguas del río Guadiana, donde según quienes intervinieron permaneció más de una hora. Al salir, la mujer presentaba síntomas de hipotermia y fue trasladada en una ambulancia medicalizada al hospital Infanta Cristina, donde ya ayer había recibido el alta.

Narcisa vive con su hija y su yerno en el Camino Viejo de San Vicente, en el tramo de la carretera de Cáceres, enfrente de Marchivirito. Su familia no permitió que hablase con este diario, estaba descansando. Según los testimonios recogidos, salió a dar un paseo, algo que hace habitualmente por el entorno, pues se encuentra bien físicamente, "aunque padece de las piernas" y por eso se ayuda de una muleta. Con muleta y todo se acercó a la orilla, por el camino que atraviesa el Canal de los Ayala, una zona ahora en obras por el arreglo de las márgenes del Guadiana. A parecer bajó por una rampa, resbaló y la muleta le falló. Cuenta su familia que Narcisa sabe nadar muy bien "desde que era chica ". "Es una mujer que se ha criado en el campo y en el río", presumen, al referirse a su fortaleza.

Afortunadamente la zona donde cayó tiene poca profundidad. Pero no consiguió subir a tierra firme, por lo que se fue agarrando a las piedras y a los juncos aguas abajo. El informe de la Policía Local relata que el lugar donde fue encontrada, en la zona denominada El Pico, dista 300 metros de donde la mujer dijo que se había caído.

Los agentes destacan y agradecen la colaboración ciudadana pues los primeros que auxiliaron a Narcisa fueron dos piragüistas que escucharon sus gritos de auxilio y la vieron cuando entrenaban aguas arriba. Uno logró que se agarrara a su barca y el otro fue a avisar a un pescador, que fue quien dio la voz de alarma a los policías. Los piragüistas lograron acercarla a una zona diáfana de la orilla donde los agentes se lanzaron al agua y, con ayuda de otras personas, pudieron sacar a esta mujer del agua y ponerla en una zona segura a la espera de que llegase la ambulancia.

Narcisa estaba sola en casa porque su hija y su yerno habían salido de viaje para una revisión médica pero volvían en el mismo día. Los llamaron cuando estaban de regreso y se sobresaltaron, aunque finalmente no ocurrió nada. Sobre el tiempo que permaneció en el agua, un familiar mostraba sus dudas, porque Narcisa no llevaba reloj. Pero seguro que a ella se le hizo eterno.