Tras la marcha de sus usuarios, las principales residencias universitarias de la ciudad ceden sus instalaciones en el mes de julio a otros colectivos diferentes al que atienden durante el resto del año. La residencia universitaria de Caja Badajoz, la Hernán Cortés y la de Juan XXIII acogerán entre las tres a unas 300 personas procedentes de distintos puntos de España y de otros países, que vienen a la ciudad por diferentes motivos. Agosto lo aprovechan para poner a punto sus instalaciones.

Así, la de Caja Badajoz prepara para julio un curso de música de alto nivel, junto al conservatorio, que reunirá a unas 30 personas de fuera y también espera a 40 huéspedes de varias universidades que participan en el programa de intercambio de Personal de Administración y Servicios que desarrolla la Universidad de Extremadura (Uex), así como a profesores y estudiantes que asisten a los cursos de verano, según su director, Luis Marín.

La Hernán Cortés acogerá, por su parte, como cada año a más de 100 artistas que participan en el Festival Internacional de Folclore, mientras que en la residencia Juan XXIII se alojarán unos 90 piragüistas que vienen a la capital para participar en un encuentro de piragüismo que se celebrará en julio.