TQtuizás el año 2010, que les deseo muy feliz a todos, nos permita ver la llegada a Badajoz de los restos de don Manuel Godoy , que, como saben, nació aquí. Aunque las dificultades que está habiendo parecen estar siendo grandes. La primera es que no aparecen los dueños de la sepultura. Los descendientes de quien la pagó, porque quien había sido todopoderoso en España no tenía donde caerse muerto, literalmente, en Francia. Yo creo, pero pueden ser cosas mías, que el ayuntamiento de París no tiene la menor intención de dejar que este caso inicie una cadena de solicitudes pidiendo repatriaciones de restos de famosos extranjeros enterrados en el cementerio del Pere Lachaise, uno de los monumentos más visitados de la capital francesa. Se puede comprender ese interés por promocionar el turismo local.

Badajoz debiera insistir, pero de un modo más convincente. Vamos a ver, la muerte nos iguala a todos pero, puestos, siempre será mejor para el antiguo mandatario descansar junto a Pedro Abelardo, Edit Piaf, Miguel Angel Asturias, Balzac, María Callas, Chopin, Delacroix, Isadora Duncan, Molière, Champolion, Juan Negrín, Oscar Wilde, Proust, Largo Caballero y los mariscales Ney, Massena y Murat , entre otras muchas personalidades, que en una glorieta ruin, rodeado de tráfico y bajo un ninot, burlesca representación suya que tira de un ridículo cañoncito de guardarropía. Eso no es lugar de reposo. Es una burla.

Si, por fin, los restos llegan sería mejor colocarlos en un sitio más acorde con la importancia que, al parecer, se los quiere dar. Lo otro no es respeto. Mucho me temo que si todo sale como alguien lo ha pensado, llevado de un patético localismo, dentro de unos años el tráfico obligará a quitar el monigote y lo que quede de Godoy acabará en algún lugar perdido e ignominioso. En esta ciudad esas cosas pasan.

Déjenlo mejor en la división 45 del cementerio susodicho, dedíquenle aquí los honores que quieran y váyase la corporación bajo mazas todos los años a poner una corona a su tumba parisina. Así, de paso, sabrán lo que es cuidar de un cementerio sin falsificarlo.