Algunas mañanas las colas de coches en la salida de Badajoz por la carretera de Cáceres llegan desde el cruce del cuartel de Bótoa hasta Marhivirito: cinco kilómetros y medio de retención que provoca la desesperación de más de un conductor. Hay días que se tardan 30 minutos en llegar al cruce. Un grupo numeroso de afectados, que trabajan como profesores en el instituto de La Roca de la Sierra, han hecho llegar su queja a este diario, y la hacen extensiva a los centenares de automovilistas que se ve obligados a usar esta vía en horas punta, que coinciden con la entrada y salida de militares del cuartel de Bótoa.

La solución definitiva ya está adoptada, pues la Junta ha adjudicado la obra de desdoblamiento de este tramo. Pero hasta que este trabajo se acometa, los perjudicados defienden que la solución pasa por que haya agentes de la Guardia Civil regulando el tráfico en el cruce, porque cuando están allí, aunque el tráfico es lento, al menos es fluido.

En la base de Bótoa entran todas las mañanas más de 2.000 militares entre las 7.30 y las ocho de la mañana. A esas horas coinciden con otros muchos trabajadores que entran o salen de Badajoz. El problema se produce porque estos militares tienen que girar a la izquierda en el cruce, no pueden hacerlo por la cantidad de coches que vienen desde Cáceres y aunque en este punto la carretera se desdobla para los que tuercen, solo hay espacio para varios vehículos y el resto hace cola en el carril de circulación, cortando el tráfico.

Según los afectados, algunos conductores se desesperan tanto que realizan "auténticas burradas" como circular por el arcén, se desvían a la derecha por la carretera antigua o atraviesan todo Gévora hasta salir más adelante. Este grupo de profesores opina que la situación ha empeorado los últimos meses. La Delegación del Gobierno responde que en el cruce se coloca una pareja de la Guardia Civil de Tráfico y de Seguridad Ciudadana cuando es posible, siempre que no exista otro servicio preferente.