Todas las previsiones y todos los proyectos de desarrollo de Badajoz consideran necesario, entre otros servicios e infraestructuras, un aeropuerto capaz para el tráfico de viajeros, de mercancías aunque en menor medida, y de nuevos servicios, como aerotaxis. Además de mantener las líneas regulares todo el año y de aumentar los vuelos chárter en verano.

Por eso, que Aena no prevea abordar la ampliación del Aeropuerto de Badajoz antes del 2008 es una mala noticia. Cuando se habla de una plataforma logística que precisará un aeropuerto de más envergadura, de una cumbre internacional, de traer compañías de vuelos baratos --y seguros--, no parece que el retraso de la reforma sea lo que necesita la ciudad. Aparte de que los iniciales 8 millones de euros previstos, no serán suficientes entonces.

Hay propuestas en algunos documentos empresariales, referidos a la promoción turística de Badajoz, que hablan de hacer del Aeropuerto de Badajoz una alternativa al congestionado de Lisboa, máxime cuando hay una autovía y en el futuro un AVE que pondrá a ambas ciudades a una hora de distancia. La ampliación es necesaria ya, pero en términos de desarrollo es urgente.