Desde que el Gobierno de España ha anunciado que subirá el impuesto a los ricos, así, llenándoseles la boca, no dejo de pensar en ello. Cuando alguien habla de los ricos como vomitándolos tiene la sensación de que la cosa es más profunda y algo de rencor y demagogia lo acompaña. ¿Quiénes son los ricos? ¿Los de Zara, Entrecanales, Ferrovial, FCC y otros, no muchos, con miles de millones de euros? ¿Los que tienen rentas entre uno y diez millones de euros que, en España, son cerca de 90.000 contribuyentes? ¿Se pretende volver al impuesto de Patrimonio que fue derogado en 2008 y por el que se recaudaban dos mil millones de euros? ¿Quiénes son ricos en España? ¿Quienes poseen acciones, más de una vivienda, barco, varios coches, más de 60.000 euros en el banco, algunas hectáreas de terreno fértil o edificable, locales comerciales? En Badajoz, por ejemplo, quién es rico: ¿el que vive en Las Vaguadas, el que manda a sus hijos a estudiar al extranjero, el que tiene una vivienda en la playa o el que reúne, como poco, todo esto al mismo tiempo?

El problema es que los ricos de verdad nunca perderán y las rentas altas --aquellas que declaran ganar más de 60.000 euros anuales netos-- aportan sólo el 3,7% del IRPF, con lo cual, que es lo que todos nos tememos, al final los platos rotos los acabarán pagando los de siempre: la clase media. Se considera clase media a las familias que ingresan entre veinte mil y sesenta mil euros anuales, o sea, el 43% de la población. Y la tragedia es que 18 millones de españoles ganan menos de 1.100 euros brutos al mes, que el mayor porcentaje de asalariados mileuristas se concentra en Extremadura con un 74,7% de los trabajadores y que hay 1.298.500 de hogares españoles con todos sus integrantes en paro.

"La actitud de quienes exageran sobre el alcance de la actual situación económica es antipatriótica, inaceptable y demagógica". "La crisis es una falacia, puro catastrofismo. Vamos a seguir creando empleo y teniendo superávit". "No hay atisbo de recesión económica. La economía española tiene muy buenos fundamentos". ¿Reconocen al autor de estas frases? La culpa no es sólo suya sino de quien le asesora y, peor aún, le jalea y aplaude. El discurso retro ahora de moda sólo pretende tapar la incompetencia de unos y la panacea de nuevo rico de otros.