Rosa María Salazar se encontraba durmiendo en su domicilio familiar cuando una llamada de la policía la despertó para comunicarle que su tienda de electrodomésticos, Factory, en la calle Luis Chamizo, había sido asaltada por unos ladrones y habían provocado daños en uno de los escaparates de la misma. Eran las "cuatro de la madrugada, me vestí y vine a ver lo que había ocurrido", contó ayer a este diario.

Lo que halló a su llegada fue una de las grandes lunas --de 3 por 4 metros-- del escaparate de su tienda destrozada, el interior lleno de cristales y comprobó que los ladrones se habían llevado "un televisor grande y caro, de 40 pulgadas, que cuesta unos 3.000 euros", y de paso, "una vitrocerámica de las grandes, valoradas en mil y pico de euros".

El robo se había cometido hacia las 3.40 de la madrugada. Los ladrones habían utilizado un coche que habían robado previamente, de la marca Ford, y lo estrellaron contra la luna central --de las tres que tiene la tienda en esa fachada-- para abrir un boquete. Por él penetraron en el interior del inmueble y una vez dentro se apoderaron de los citados electrodomésticos, que fueron valorados posteriormente en unos 4.500 euros.

La policía halló más tarde el coche abandonado entre los Colorines y las Cuestas de Orinaza, explicó la propietaria, que regenta la tienda desde hace un año, y otra en Valdepasillas desde hace tres.

A Rosa María Salazar le llamó la atención que "solo se hayan llevado esas dos cosas y no hayan cogido nada más, artículos pequeños". En realidad sospechaba que "quien sea sabía a lo que venía y lo tenía bien visto", afirmó.