La corrida de Victoriano del Río dejó que desear por falta de raza. Ningún toro puso en aprietos a los toreros por lo que la emoción, que junto a la belleza debe ser consustancial a este arte, solo apareció ayer en contadas ocasiones. El artífice de ello fue Andrés Roca Rey, que está llamado a ser alguien por el sitio en el que se pone y lo cerca que se pasa los toros. Le acompañó a hombros José María Manzanares, pero lo del alicantino fueron fuegos de artificio, pues las dos orejas fueron fruto de la excesiva bondad del público de ayer.

Terciado el burraquito que abrió la corrida. Parecía que no se iba a dejar pero Morante le dio tres verónicas y una media, supremas, meciendo el capote, trayéndoselo y acompañando la embestida. Apretó con clase en el caballo y ovación a la lidia de José Antonio Carretero.

Pases de tanteo en el inicio de faena, le costaba al animal pero brotaron dos derechazos de alta expresión, mano baja. Reservón el toro. Toques firmes, algunos sueltos con la diestra, bellísimos, y superior el cambio de mano. Naturales también de trazo largo, sorpresivo el ayudado por bajo. Una faena de primor, no ligada por las condiciones del de Victoriano del Río, pero llena de detalles.

Sin emplearse en el capote del sevillano el cuarto. Pareció que no le gustó porque le dieron a conciencia en el caballo. Con acusada querencia a tablas. Toro de aparente poca entrega en el último tercio, mas Morante lo fue haciendo. Nadie esperaba nada pero al final ocurrió. No es que fuera una faena redonda, pero si hizo el sevillano el esfuerzo y de uno en uno, por ambos pitones, le sacó muletazos en los que hubo acople y belleza.

Chorreado en verdugo el primero de José María Manzanares. Bonito, lo tomó a la verónica en lances aseados en un palmo de terreno. Gran puyazo de Francisco María, y quite por chicuelinas rematadas atrás con media envolviéndose al toro. Sería lo mejor porque el animal perdió las manos en el inicio de faena, lo que acusaría. Primero en redondo con la diestra, sin excesiva ligazón, después al natural, y vuelta al pitón derecho. Tiempos entre series, con la puesta en escena de este torero. Faltó unidad y transmisión. Estocada caída y oreja.

Acapachado y alto de agujas el quinto. Noble en las verónicas de Manzanares, metía bien la cara. Apretó en el caballo y quedó suave en el quite, aparentemente con un buen pitón derecho. Se enteraba y defiendía en banderillas pero rompió a embestir precisamente por ese pitón. Segunda serie, engarzados los muletazos, que no ligados. Pausas interminables de Manzanares, más tiempo dando paseos que toreando. Peor el animal por el pitón izquierdo. Faena de muchos pases y poca emoción. Gran estocada recibiendo. Oreja de poco fuste que le abría la puerta grande.

Bajito y acapachado el primero de Roca Rey. Perfectas hechuras. Un picotazo en el caballo y quite por chicuelinas, tafalleras, para seguir por gaoneras. Brindis al público e inicio de faena desde los medios por estatuarios, cambiado por la espalda y el de pecho. Diestra, serie muy intensa, se le venía de largo y lo llevaba por abajo. Otra serie poniendo los tendidos a reventar, toro muy noble y serie larga y profunda. Al natural, a menos el astado, tirando de él. En corto al final, con bernardinas que metían miedo. Este torero se pone en un sitio muy complicado.

Con cuajo el sexto, el mejor presentado de una desigual corrida. Se fue corrido al caballo y se llevó un picotazo en la paletilla. Roca Rey no pica los toros. Repitió brindis al público. Comienzo de faena por alto y en redondo con la diestra. Suavidad del peruano, mas el toro estaba cogido con alfileres, muy justas las fuerzas. No había emoción.

Concluyó una feria en la que ha habido muchos argumentos, en el plano ganadero, por los toreros y por la gran asistencia de público. Una feria que es santo y seña de Extremadura.