TLtos resultados de las Europeas pasarán a la historia de Badajoz por su capacidad para generar todo tipo de análisis. Algunos han preferido mirar para otro lado ante las evidencias del desastre o las consecuencias de una más que cuestionable acción mediática y política, mientras que otros, más atrevidos, han preferido mirar hacia adelante viéndose ya ocupando asiento municipal. Del ´no se pueden extrapolar los datos´ (habría que ver qué se hacía con el resultado a favor) al ´vamos por buen camino´, permanecen un buen número de interrogantes que deberán ser solventados en poco más de año y medio.

Con todo, lo más sobresaliente, por lo que provoca, la subida de Unión, Progreso y Democracia, un partido político de ámbito nacional que si nadie lo remedia (y alguien debería hacerlo porque la referencia puede desembocar en divismo o culto a la personalidad) seguirá denominándose ´el partido de rosadíe´, así, como suena, tan castizo, tan español. Un partido que, se supone, ha ido recogiendo el desencanto con el que, principalmente, los dos partidos mayoritarios (aunque en Badajoz a quien le ha pegado el bocado es a IU) han ido alimentando en los últimos tiempos a la ciudadanía. Pero, también, un partido que no acaba de cuajar un proyecto político e ideológico claro (no puede seguir siendo ´el partido de´), que cree en la nación española y en los símbolos que la representan pero, al mismo tiempo, se define, fundamentalmente, de izquierdas de toda la vida y que, en los últimos días, se asoma al abismo de las dimisiones, expedientes y la división.

De los 1.196 votos (1,42%) que obtuvo en las Generales a los 2.265 (4,52%) obtenidos en las Europeas, hay un abismo con particularidades: hoy por hoy, IU estaría fuera del Ayuntamiento y Upyd ocuparía su escaño. No está clara aún la actitud de partido naciente cuando tenga la oportunidad de sumar o restar votos, de quitar o poner gobierno pero, al día de hoy, su fuerza debe ir un poco más allá de desencantados, políticos desideologizados, antiguos responsables cambiando de aires, individuos sin más proyecto que ellos mismos y viejos revolucionarios convertidos en burgueses. Por mucho que haya en el seno de dicho partido personas interesantes, dialogantes y con ideas y que mis idolatrados Pombo, Savater y Boadella apadrinen la iniciativa y Varga Llosa la secunde.