Fernando Utrera, el dueño de la Sala Mercantil, casi recita cuando recuerda las bandas que han pasado por el local desde que abrió en 1997: Antonio Vega, Ariel Rot, Javier Crahe, Kiko Veneno, Ilegales, Burning, Obús, Iván Ferreiro, Mikel Erentxun, Danza Invisible, Toreros Muertos ... Son solo algunas de los grupos de proyección nacional que se han subido a su escenario, pero hay muchos otros más desconocidas para el público, un gran número extremeños, que han hecho vivir grandes momentos en este establecimiento de la calle Zurbarán.

Ahora, casi 21 años después y tras 3.000 conciertos, Mercantil echa el cierre. Será el próximo 23 de junio y su dueño morirá con las botas puestas, pues la última actuación está programada solo un día antes.

LOS MOTIVOS / La música en directo se queda un poco más huérfana en Badajoz y los músicos «de la casa» también. Cierra por varias razones, pero la principal es la falta de público a los conciertos. Llevaba casi dos años barruntando su futuro y más que por un problema de caja -que también-, en la decisión de cerrar ha pesado sobre todo «no disfrutar con mi trabajo». El hostelero confiesa que ha vivido etapas «muy buenas y otras muy malas», pero que los peores momentos los superó por la «ilusión» y las ganas de seguir ofreciendo «buenos directos». Ha hecho varios intentos para reflotar el negocio --como poner música más comercial a partir de las dos de la madrugada para atraer al público- y poder continuar programando conciertos, pero no ha sido posible. A final de este mes se materializa el traspaso. Seguirá como bar con otro empresario.

«La crisis ha hecho estragos, los jueves que eran unos días fantásticos ya no existen; los viernes son ahora los antiguos jueves y solo con el sábado no se puede sostener», explica Utrera. También se ha encontrado otras dificultades como que se prohibiera el consumo de tabaco -- aunque es una medida con la que está de acuerdo, dice que ha afectado a los negocios--, las restricciones en los horarios o el simple hecho de que no dejen sacar vasos de plástico a la calle.

Reconoce que se marcha «triste» porque en el Mercantil se ha dejado la vida e ilusiones y asegura que si alguien le hubiera dicho no hace mucho tiempo que traspasaría su local, casi lo hubiera llamado loco. Sí le reconfortan los mensajes de apoyo que está recibiendo y las anécdotas que le recuerdan los grupos y los clientes. Eso ha hecho que sea consciente de que la Sala Mercantil ha sido un referente, no solo en la región sino también fuera de ella.

Fernando Utrera emprende una nueva etapa profesional mientras Mercantil seguirá durante mucho tiempo en la memoria de varias generaciones de pacenses. Agradece sobre todo a los grupos extremeños que hayan hecho este camino de más de dos décadas junto a él. El concierto de Inlavables este viernes no será el último de la sala, pero sí servirá de despedida. Esta banda es «de la casa» -algunos de sus miembros incluso trabajan en ella-. Esa noche Gene y compañía harán que el espíritu con el que nació esté muy presente pese a que se acerca el final del viaje.