Crítico y locuaz llegó ayer el escritor Fernando Sánchez Dragó a la Feria del Libro de Badajoz, donde además de firmar libros ofreció su particular visión de España en una conferencia en la que explicó el espíritu de su último libro A contraespaña , en el que dedica casi 400 páginas a describir lo que menos le gusta de este país. "He pasado de escribir de la España mágica a la España trágica de la Guerra Civil y ahora escribo sobre la España hortera que nos rodea".

A pesar de todo, confesó sentirse como un náufrago que bracea desesperadamente tratando de averiguar porqué a pesar de todo sigue sintiéndose español y ha dedicado seis libros a España, "es porque evidentemente llevo a España dentro".

Frente al concepto de nación de naciones, Dragó defendió la "nación de patrias" en la que "ser español es distinto a ser otra cosa". Por ello sostuvo que lo que hace a los españoles diferente a otros son la lengua y los toros. "El refugio de la estética y de la ética, esa pérdida de valores que denuncio en mi libro están perfectamente refugiados, como en un congelador, en el mundo de los toros. El valor, el coraje, la nobleza, el respeto, la fraternidad, la buena educación, .... todo eso está en los toros".

El escritor, que arremetió contra "el infantilismo general" que se vive, confesó que su libro "es exagerado e injusto" porque atribuye a España defectos que están en todas partes.

Para Dragó el problema prioritario "es que estamos destruyendo el ecosistema" y lo único que podría salvar al mundo "y que a ningún político le gusta, es el decrecimiento económico. Tenemos que ser más pobres".

Viajero infatigable, pese a sus 72 años, acaba de visitar Africa y tiene previsto partir al sur de Estados Unidos. A su regreso se encerrará para escribir y espera realizar un programa sobre libros en ´primer time´ "para luchar contra la telebasura, será un magazine que se llamará Dragolandia y que intentaremos que se transmita en Telemadrid y en otras cadenas".