La industria agroalimentaria de las Vegas Bajas, surgida a raiz del Plan Badajoz, factura en la actualidad 700 millones de euros. Esta generación de riqueza supone que Badajoz crece a gran velocidad, como consecuencia del plan y también de la universidad, según defiende Antonio Latorre, licenciado en Ciencias Químicas y director de la Oficina de Transferencias de Investigación del Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Cetaex).

Latorre argumentó que el campus de ciencias está en Badajoz tal vez por el Plan Badajoz, desde el que nacieron los centros de investigación, donde hoy trabajan 160 personas, así como un montón de empresas asesoras, consultoras, de maquinaria agrícola, en torno a esta industria agroalimentaria.

JORNADAS

Antonio Latorre participó anoche en las II Jornadas sobre el Río Guadiana, organizadas por la Real Económica de Amigos del País. Latorre explicó la repercusión del Plan Badajoz en la economía de la ciudad. Desde su punto de vista y de los autores que ha consultado, "está claro que la influencia ha sido importante", pues cuando se creó el plan la ciudad empezó a crecer en población y en renta. En el Plan Badajoz, como todas las obras públicas faraónicas (hoy no se podría haber hecho por la enorme financiación que requería y porque probablemente Europa no lo habría consentido), siempre se inicia por la obra más barata, en este caso la presa de Montijo. Entre el 53 y el 58 estaban los 14 pueblos de colonización de Vegas Bajas y se habían nivelado todas las parcelas. La parte que maduró primero fue Vegas Bajas, la zona de influencia de la ciudad.

Latorre defendió que en principio el plan fracasó en la industrialización, que era uno de sus objetivos y eso se notó porque en los años 60 Badajoz sufrió un parón durante una década, coincidiendo con la crisis migratoria de la región, si bien la población pacense se mantuvo. En la provincia la población bajó de 800.000 a 600.000 personas. En los 70 surgió la sociedad de consumo, la inserción laboral de la mujer y la comida rápida. Se abrió un nuevo mercado de alimentos preparados y muchas empresas se adaptaron a esta demanda en el Plan Badajoz, que era la zona más libre y más barata, en concreto en las Vegas Bajas, que además estaba cerca de una ciudad mayor, con servicios.

Estas circunstancias colaboraron en el despegue de Badajoz y antes de entrar en el Mercado Común, la ciudad creció a un ritmo fuerte, a pesar de que la región iba en dirección contraria.

En 1975, más del 40% de los empleos industriales eran del sector de las conservas, lo que da una idea de la importancia de la industria: las verduras asadas de Findus, salsas Apis y la fábrica de tomate más grande de Europa está en Villafranco. "Todo esto no sólo hizo crecer a Badajoz sino que preparó esta zona para entrar en el Mercado Común y cuando esto ocurrió estas empresas crecen y se crearon nuevas". Según este técnico, el Plan Badajoz "ha sido definitivo para la ciudad".