La basura y los trastos en desuso son su materia prima. Con sus manos y su inspiración reconvierten objetos sin valor en piezas bellas y decorativas, cuyo aspecto final nada tiene que ver con el original.

María del Puerto Caballero y Myrian Martinessi son amigas y además de la amistad les une su dedicación al reciclaje de muebles u objetos que cualquiera tiraría a la basura, pero en los que ellas saben apreciar mil posibilidades de reutilización. Juntas preparan la exposición Segunda oportunidad , que se mostrará en la Diputación de Badajoz.

Para Myrian Martinessi es un hobby. Dice que lo suyo no es restauración sino reciclaje. Su materia prima procede de contenedores, basura, chatarreros y la gente que la conoce y lleva a su casa lo que ya no quiere. Todo comenzó cuando se puso a decorar su casita de Portugal con su marido. "A mí no me gusta una plancha antigua o una máquina de picar carne colocadas como adornos, sino que les busco una utilidad para que vuelvan a servir para algo". La especialidad de Myrian son las lámparas. Utiliza de todo. Desde piezas de motores "que no sé qué son en realidad", volutas de viejas camas, antiguos aperos de labranza o los hilos de cobre de un calentador de agua, que ha convertido en una escultura. Busca en la basura. "A mis hijas les da mucha vergüenza, pero a mí no. Me lo paso muy bien reciclando. Es una sensación especial. Siento mucho placer y gozo cuando encuentro una pieza llena de grasa y al limpiarla voy descubriendo el metal del que está hecha".

"Lo mío --dice Myrian-- es dar una segunda oportunidad a ese objeto que alguien iba a tirar o ya había tirado". Es lo mismo que persigue María del Puerto, que está más especializada en los muebles, que recupera y reconvierte. De hecho ella y su marido llevan un estudio de restauración de muebles antiguos. Pero a Puerto lo que verdaderamente le apasiona es dar un uso "creativo" a objetos en desuso. Una de sus últimas hazañas ha sido transformar un cajón rescatado de un contenedor en un carro rústico. Un trozo de madera le ha servicio de base para una composición pictórica basada en la Capilla Sixtina y el cabecero de una cama se ha convertido en escaño. Puerto asegura que cuando ve un objeto ya sabe qué uso le va a dar, porque "escucho sus gritos desesperados que piden una segunda oportunidad".