TJtunto con la educación o la sanidad, la seguridad es una de las necesidades básicas de cualquier sociedad. Incluso más importante que la de tener un empleo, aunque entiendo que quien esté pasando por una difícil situación económica no comparta mi opinión.

Una sociedad insegura y atemorizada es una sociedad atrapada, sin capacidad de reacción e inmóvil. La inseguridad ataca los pilares económicos, sociales y políticos.

Por eso los últimos acontecimientos violentos o, incluso, actos vandálicos que se han producido en Badajoz en las últimas semanas nos preocupan a todos.

Sería muy difícil encontrar una ciudad donde no se cometieran delitos, porque entonces simplemente no sería una ciudad. Estaríamos hablando de una no-ciudad , donde los individuos que la forman no interactúan, como dirían los expertos.

Sin embargo una acumulación de sucesos en un reducido espacio y tiempo puede provocar la inseguridad subjetiva que tanto preocupa a los responsables policiales.

Los dos apuñalamientos que han tenido lugar en Suerte de Saavedra en los últimos días, uno de ellos con el resultado de un hombre muerto, junto con los continuados tiroteos que se están produciendo en Cerro de Reyes, donde tres niñas resultaron heridas por disparos, preocupan no sólo a los vecinos de esas barriadas sino a toda la ciudad.

Afortunadamente la policía ya ha detenido a los autores de algunos de estos delitos y otros están, al menos, identificados.

¿Hablamos de una acumulación de delitos que se produce por casualidad o estamos ante un aumento de la delincuencia en Badajoz? Probablemente la policía tenga la respuesta a estas preguntas. Aunque a nadie se le escapa que la conflictividad social que existe en algunos barrios de la ciudad es ya un problema enquistado al que parece que nadie sabe o quiere darle solución. Mientras tanto, la eficacia policial es el único antídoto para la inseguridad ciudadana.