Eva, Olga, Almudena y Simón son sólo cuatro actores de los 27 que acudieron ayer a las pruebas que la compañía de Juan Luis Galiardo, Entrecajas Producciones, convocaba en el teatro López de Ayala con motivo del montaje Humo , del autor y director Juan Carlos Rubio.

Un total de 16 chicas y 11 chicos, nacidos o ligados a Extremadura, aspiraban a hacerse con uno de los dos papeles (uno femenino y otro masculino), que se ofertaban para participar en la obra. A media mañana y entre vítores de varios seguidores hacía su entrada en el López el actor pacense, que junto a Juan Carlos Rubio serían los encargados de seleccionar a los actores. A su llegada, Galiardo afirmaba que "busco, con esta obra y con mi vida, dejar de mentirme a mí mismo y a los demás para intentar ser una persona transparente y lo más veraz posible", ya que Humo "es un texto que habla de las dependencias en la vida y de la mentira como la mayor dependencia que a veces tenemos", según Rubio.

El ambiente de nerviosismo era palpable entre los candidatos que caminaban, repasando los guiones, de un lado a otro por el hall del teatro. Para Eva, que se había desplazado desde Murcia, el cásting suponía una oportunidad para probar suerte "en una profesión en la que siempre debes tener otro trabajo de apoyo, porque si no te puedes hundir en la miseria". En el caso de Simón, natural de Badajoz, acudía a las pruebas con la convicción de que "en Extremadura hay nivel y grandes compañías que arriesgan, sólo que aquí el teatro es relativamente joven y tenemos que levantarlo entre todos".

Con guión previo

Los actores y actrices, de entre 20 y 40 años, permanecían expectantes ante las puertas de la sala de ensayos del teatro, esperando a que una señorita les indicase el momento para entrar. En el interior se encontraban Miguel Murillo, director del teatro, Juan Carlos Rubio y Juan Luis Galiardo, que intentaban aplacar los nervios de los candidatos. Sentados en torno a una mesa, Rubio daba la entrada, mientras que Galiardo ayudaba con su interpretación a que los aspirantes mostraran sus dotes dramáticas a través del guión que previamente se les había entregado.

Al inicio de las pruebas, el director manifestó que realizar un cásting supone "pedir un esfuerzo enorme al actor para que en 5 minutos te convenza de que es la persona adecuada para hacer ese papel. Intento que se sientan relajados e intercambiar impresiones. Es imposible valorar el talento de alguien en tan poco tiempo. Es un poco una lotería".

El desarrollo de la prueba fue distendido y, al término de la misma, Olga, una de las actrices aspirantes, declaró que "me voy muy tranquila, porque normalmente los directores de cásting son muy crueles y es de agradecer que te traten bien".