Con sus altos y sus bajos, en épocas de vacas gordas y flacas, con beneficios y hasta con pérdidas, 13 negocios de la ciudad han logrado superar el siglo de pervivencia y adaptarse a los nuevos tiempos para seguir adelante. El próximo jueves, dentro de la gala con motivo del I Día del Comercio organizado por el Ayuntamiento de Badajoz en las Casas Consistoriales, recibirán un reconocimiento en forma de placa conmemorativa, un diploma y un reportaje con su historia.

Los 13 negocios que han acreditado haber funcionado durante más de cien años de forma ininterrumpida son la pastelería La Cubana (1890), Martínez Olgado (desde 1850), El Globo (1885), Casa Espada (1875), la joyería Castellano (1888), Farmacia Camacho (1872), Barbería Blanco (1905), Farmacia Santo Domingo (finales del siglo XIX), Alvarez Buiza (1898), Fotografía Vidarte (1915), Bar La Corchuela (1827), la Farmacia Menacho de Ramírez del Molino (1887) y la Farmacia San Andrés Bustillo (1880).

Si estas fechas están confirmadas, el más antiguo es el bar la Corchuela, que "según los papeles" se fundó en 1827 como pequeño ultramarinos y en 1905 pasó a ser taberna con pensión en la que se alojaban varios días los que venían de los pueblos a arreglar asuntos, según cuenta el actual regente de este negocio familiar, que ahora es bar y restaurante, Inocente Jiménez, que se llama como su abuelo, el fundador. En casi dos siglos, el establecimiento ha vivido épocas buenas y también "malas, como todos los negocios". Enclavado en pleno corazón del Casco Antiguo, en la calle Meléndez Valdés, donde antes convivían tiendas de todo tipo, desde joyerías y panaderías a zapaterías, que fueron desapareciendo con la crisis del centro histórico tras el auge de la movida . Cuatro bares aguantaron el envite. "Hemos resistido la prueba", comenta Inocente, en defensa de una empresa en la que todos los trabajadores son familiares.