Marqués de Valdueza: Linaje, Caza y Conservación de la Naturaleza" es la exposición estrella de la Feria de la Caza, la Pesca y la Naturaleza Ibérica (que hoy acaba) y todo un reconocimiento a la conciliación entre actividad cinegética y conservación del medio ambiente.

Las buenas prácticas en la caza no solo no perjudican a la conservación de la naturaleza, sino por el contrario, son uno de los factores que más pueden contribuir a la misma. Desde hace siglos, cuando los términos ecologismo y ecologista aún no habían sido definidos, los cazadores eran ya pioneros en el conocimiento, pasión y respeto por la fauna y su entorno natural. Y los distintos marqueses de Valdueza han sido ejemplo de esta pasión por la caza sin alterar el entorno natural gracias a la gestión privada de cotos y fincas de caza. Esta fue muchas veces garantía de preservación del campo en su estado original, protegido de la expansión humana.

María José Rubio, historiadora y comisaria de la exposición, afirma que ésta condensa la historia de uno de los linajes más antiguos de España, los Alvarez de Toledo. Comienza con un contenido muy histórico, explicando las diversas generaciones familiares, derivándose y centrándose en la llamada saga cazadora. De hecho, las tres últimas generaciones se encuentran completamente implicadas en el mundo de la caza y la conservación de la naturaleza. "Hemos tratado de destacar la labor de la familia en la gestión del patrimonio rural y su compromiso con la conservación natural", afirma María José Rubio.

A través de paneles explicativos, reproducción de cuadros, exposición de trofeos de caza, documentos históricos y armas antiguas es posible comprender la importancia de los Alvarez de Toledo en la conservación natural ibérica.

Todo este ingente material se encuentra distribuido en distintas propiedades de Alonso Alvarez de Toledo y Urquijo; de ahí la importancia de poder tenerlos concentrados en Feciex. Es una oportunidad única. Por ejemplo, la colección de trofeos de cabra montés es la más importante por tamaño y cantidad --más de cien-- de todo el mundo. Muchos cazadores han acudido a Feciex solo para verla.

En Extremadura, la familia Alvarez de Toledo posee fincas emblemáticas como Azagala y Perales, desde el siglo XVIII.

PROLONGACION EN EL TIEMPO "Queremos que la exposición no solo finalice con Feciex, sino llevarla a otros espacios porque realmente lo merece. Es una mezcla de historia, caza y cultura muy singular", comenta María José.

Los cazaderos de la Casa Real fueron los primeros espacios de protección de las especies cinegéticas y aplicación de legislación venatoria; singular escuela de caza para las miles de personas que formaron parte durante siglos de la Real Montería, uno de cuyos legados más importantes fue la formación de los primeros Cotos Reales --Picos de Europa y Gredos-- a principios del siglo XX, fundamentales para la conservación de especies autóctonas. Entre sus antepasados, la familia Valdueza cuenta con miembros que ejercieron cargos de montero mayor, e incluso fueron clave para la creación del Coto Real de Gredos.

La exposición hace un completo recorrido por la historia del linaje Alvarez de Toledo y el marquesado de Villanueva de Valdueza en su vinculación a la cultura cinegética en múltiples facetas, con especial incidencia en su nexo de unión a Extremadura y a fincas como Azagala, escenario de muchos lances de caza de Antonio Covarsí. Se abordan aspectos singulares como la influencia ejemplar de esta familia en el ámbito de las rehalas de perros de caza, al que han aportado la creación de una raza específica de perros conocidos como "los valduezas". De hecho, se exhibe una rehala de esta variedad en un corral donde se proyectan imágenes sobre su cuidado.