Aunque el tráfico se restableció ayer en la céntrica calle Antonio Ayuso (antes Margarita Nelken), el agujero de la acera que motivó el cierre sigue allí y parece que no tiene solución, porque ni el ayuntamiento, ni Aqualia, ni los vecinos del bloque número 4 se sienten responsables de su existencia.

El problema se remonta al 2008. Manuel González, que vive en el bajo del número 4, presentó un escrito a Aqualia porque permanente había un charco de agua junto al arriate, debido a que la goma del riego estaba rota. Según este vecino, ese agua se filtraba y la acera acabó hundiéndose. Tras la denuncia acudieron varios trabajadores que optaron por cerrar la llave de paso. La presidenta de la comunidad envió entonces otro escrito al ayuntamiento, que contestó que el hundimiento se debía a "la mala ejecución de la cala de saneamiento" que realizaron los vecinos de este bloque y que es deber de la comunidad arreglarlo. Pero González alega que tanto el número 4, como el 2 y el 6 realizaron la misma obra de salida de aguas, siendo el mortero que va debajo el mismo, y en los otros bloques no ha pasado nada.

Hace dos semanas la situación se complicó cuando, según cuenta este vecino, pasó un camión por la acera y provocó un gran socavón donde antes estaba hundido. Este hombre tomó nota de la matrícula, y pensando que era de Aqualia, mandó un escrito de reclamación a esta empresa, que al poco tiempo le contestó que este vehículo no era suyo, a pesar de que este vecino ha averiguado que pertenece a otra empresa subcontratada por Aqualia. Los vecinos quieren que el ayuntamiento arregle la acera, "que no es nuestra, sino que por ahí pasa todo el mundo" y cuando se determine la responsabilidad, traslade el gasto a quien competa. Pero el ayuntamiento remite a Aqualia y esta empresa afirma que no es de su competencia. Y el agujero cada vez es mayor.