Si Sabina viniese a Badajoz y pasase por el centro de la ciudad, se le vendría a la cabeza el estribillo quién me ha robado la calle Abril. Andar por esta vía es triste por su abandono y circular en coche es una aventura arriesgada que pone en peligro los bajos del automóvil, por la cantidad de socavones que crecen día a día y nadie arregla.