La plaza de la Soledad para los pacenses es la Plazuela. No es una plaza cualquiera, es uno de los puntos más simbólicos y de más profunda emoción de la ciudad. A algunos no les dirá nada, pero a muchos otros sí les dice, y mucho. Se lo dice a ellos y a muchas generaciones anteriores. Esta plazuela es un lugar de reencuentro con ellos. Es una plaza de comercio, comercio que fue y que ya no está. En ella estuvo Las Tres Campanas y La Giralda, estuvo el Hotel Madrid, desde donde Porrina cantó sus saetas, estuvo el Banco de España y la ONCE. Durante siete meses vivió en ella Felipe II y en ella murió la Reina. Es una Plazuela de la diversidad, sin uniformidad, en la que cada edificio es distinto y cada uno tiene sus motivos. Pero en ella durante siglos, y en la actualidad, los pacenses se encuentran con su patrona, la Virgen de la Soledad. En muchos casos sin necesidad de entrar en su ermita, desde la calle la saludan y le rezan. Pasan por delante, la miran, se persignan y buscan su complicidad. Muchos vienen cada día desde toda la ciudad a contarle sus confidencias, en un tú a tú particular. A cualquier hora del día o de la noche tiene visitas. Muchos pacenses desde la lejanía recurren a ella, le rezan y en cuanto llegan a Badajoz van a verla.

Hoy es su día del año. Los Jueves Santos sale a la calle cumpliendo con todas sus obligaciones de Patrona de Badajoz, música y galas incluidas. Los Viernes Santos sale a la calle con toda su humildad y soledad de una madre que acompaña a su hijo y muchos hijos e hijas que acompañan a su madre. Tras las galas del jueves se viste de luto para recibir por la mañana en su casa a los pacenses y juntos despedir el día por las calles del casco antiguo entre rezos, saetas, luces de velas y silencio, mucho silencio, en el que solo se escucha la voz del capataz y los pasos de los costaleros.

Hoy, Viernes Santo, la Semana Santa tiene dos momentos claves con la salida y la entrada de la Virgen de la Soledad a su ermita. Pero durante todo el año muchos pacenses tienen muchos momentos claves cada vez que la visitan o se acuerdan de ella en sus momentos de soledad, esos momentos en los que la Soledad es la mejor compañía.