Los expertos contratados para realizar las asistencias técnicas alegan en sus informes, remitidos al TSJEx, razones no solo técnicas y legales para desaconsejar el derribo del cubo, sino también apuntan a cuestiones éticas, morales y deontológicas.

El arquitecto y catedrático Antonio González Capitel concluye en su informe que devolver el edificio a su estado originario "es imposible material y técnicamente hablando y solo relativa y supuestamente posible mediante una falsificación arqueológica, prohibida por la Ley de Patrimonio".

En el caso de Eliseo Pérez Alvarez, ingeniero aeronáutico, calculista y consultor de estructuras, y el ingeniero industrial Juan Ruiz Martínez, mantienen que la reversión del edificio a su estado original no es posible "debido a la indeterminación de gran parte de la geometría inicial y de sus materiales constituyentes".

Aunque la reversión hubiera sido factible, "el edificio volvería a presentar las patologías estructurales que fueron descritas en los informes correspondientes, lo que haría desaconsejable su reversión".

También el arquitecto Juan Carlos Salvá Prieto, considera "verdaderamente imposible" restituir las estructuras demolidas y desaconseja demoler las existentes. Añade en su informe que "la práctica totalidad de los elementos destruidos son de bajo interés constructivo al ser elementos de tipología estructural menor en comparación con la gran calidad de fábricas y bóvedas que presenta el edificio antiguo rehabilitado".

Este arquitecto se pregunta además cómo restituir estructuras que dejaron de construirse hace décadas, "a lo más que podremos llegar será a una reconstrucción mimética con materiales actuales simulando los tipos constructivos mediante añadidos decorativos".

Respecto a la demolición de las nuevas edificaciones, advierte de la posibilidad de que acarree "grandes destrozos al edificio que se pretende proteger. Alguien tendrá que cargar moralmente con esa responsabilidad si se produce". También lo califica de "despilfarro económico".

El arqueólogo Fernando Valdés, encargado del seguimiento arqueológico durante las obras, recuerda que se descubrieron hallazgos arqueológicos con las estructuras nuevas, como la primera catedral y la mezquita. "Sería imposible y absurdo velar a la contemplación pública esos hallazgos".