La policía local ha puesto a disposición judicial a dos conductores que fueron sorprendidos al volante con una tasa de alcohol cuatro veces superior a la permitida. A uno de ellos, además de imputarle un delito contra la seguridad vial, también se le acusa de otro por haberse negado a realizarse la segunda de las pruebas del test de alcoholemia.

Según informaron ayer fuentes policiales, el primer conductor fue sorprendido el domingo, sobre las cuatro de la tarde, en un control rutinario que los agentes estaban realizando en la BA-20. El hombre, de 45 años, viajaba en un Mercedes Benz y presentaba síntomas «inequívocos» de conducir bajo los efectos del alcohol, lo que corroboraron las pruebas, pues arrojó un resultado que multiplicaba por más de cuatro el límite autorizado al volante.

El segundo conductor, de 26 años, fue interceptado por los agentes sobre las 00.50 horas de la madrugada de ayer, tras observar que circulaba en sentido contrario y sin luces por la calle Ébano. También era evidente que circulaba ebrio, lo que ratificó la primera prueba de alcoholemia a la que fue sometido, con una tasa que cuadruplicaba el valor máximo permitido para conducir. Fue en la segunda prueba, a la que está obligado por ley a someterse, cuando el joven se negó, por lo que los agentes le imputaron un delito por negativa a realizar este test.