Los vecinos de la barriada de Suerte de Saavedra ven como los días pasan y en el solar que se valló en septiembre en la calle Camilo José Cela para iniciar la obra del centro social, que promueve Cáritas con el dinero donado por la riada, no ha habido ningún movimiento.

Los que viven en las inmediaciones se quejaron ayer de que se cerró este terreno, que era utilizado como lugar de encuentro de los vecinos y de juego para los niños, "y ahora no sirve para nadie, está así desde hace meses", según Josefa Luna, una vecina.

Aunque los vecinos de los bloques colindantes se opusieron inicialmente a que el centro se construyese en este lugar, por considerar que ocupaba su plaza, Cáritas y el resto de colectivos sociales que trabajan en Suerte de Saavedra realizaron una campaña de información y editaron dípticos con una maqueta para conseguir el apoyo de los que se oponían, lo que finalmente consiguieron. Ni Cáritas ni la asociación de vecinos querían que se demorase más el proyecto.

Una vez desbloqueada la situación, el presidente de Cáritas, José María Vega, anunció que en noviembre comenzaría la obra, para la que ya había licencia, sin embargo ayer no habían entrado aún las máquinas en la calle Camilo José Cela, según criticó el presidente de la asociación de vecinos de Suerte de Saavedra, Miguel Angel Bernabé, quien no disimuló su malestar por el "retraso injustificable" en la obra.

Bernabé calificó de "tomadura de pelo" la actitud de Cáritas, que "nos da la callada por respuesta cuando nos interesamos por la obra". En este sentido, dijo que corresponde a Cáritas, que es la promotora, "y no la constructora la que tiene que moverse, y si no que busquen a otra constructora, porque desde que dejaron a la gente sin solar no han hecho nada más que vallar".

HACIENDO CATAS El presidente vecinal se preguntó "si hay algún otro tipo de problema por parte de Cáritas para continuar la obra, después de las prisas".

Esta obra, según recordó, ya sufría una demora importante a causa de la tardanza en la cesión del terreno, lo que obligó a modificar el proyecto para adecuarlo al valor actual del dinero, ya que se recaudaron 50 millones de las antiguas pesetas hace ahora diez años.

Por esta causa, el centro social no dispondrá de bar, como inicialmente se contempló y tal y como demandaban los vecinos, porque el presupuesto no era suficiente. Por ello, Bernabé considera que no "nos podemos permitir ninguna demora más".

Por su parte, el responsable de la constructora VMZ, Víctor Muñoz, manifestó ayer que antes de empezar la obra ha sido necesario realizar unos estudios previos del terreno, para lo que se han realizado catas en la zona. Según declaró, se trasladó a los vecinos que la fecha límite para empezar era noviembre, "porque los proveedores nos mantenían los precios hasta esa fecha, si se demoraba más se volvería a ver afectado el proyecto".

Según las previsiones de esta constructora, que ya ha realizado otras obras para Cáritas, las máquinas podrían entrar en el solar para empezar a trabajar la próxima semana y dispondrán de un plazo de 18 meses para terminar el centro social.

El director de Cáritas, José María Vega, declaró ayer que "creía que ya estaban allí, en el terreno trabajando, al menos eso es lo que me dijeron cuando pregunté".