El proceso en los tribunales de la obra de teatro romano de Sagunto (Valencia) ha sido parejo al del "cubo" de Biblioteconomía en Badajoz. Hace 20 años la Generalitat acometió una rehabilitación que también llegó a los tribunales aunque no fue una asociación, sino un particular, el abogado Juan Marco Molines, el que ha mantenido viva la batalla judicial. Tanto en Sagunto como en Badajoz, los tribunales superiores de justicia fallaron que las sentencias de derribo eran inejecutables y ambas actuaciones se han legalizado posteriormente. Han llegado al Tribunal Supremo, pero en el caso de Sagunto, el recurso no ha sido admitido por un defecto de forma.