Como si de un lugar desconocido se tratara, los pacenses recorrieron ayer las distintas calles del casco antiguo ayudados de un plano. A partir de las dos de la tarde se apreciaba un trasiego de personas con la mirada puesta en un folleto intentando localizar un sitio: era la guía editada por la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo (Aecab) con los 33 establecimientos que participan en la IV Feria de la Tapa del Casco Antiguo, que ayer empezó con una buena acogida por parte del público.

El incremento de negocios participantes ha ampliado también la variedad de tapas, de tal forma que las hay para todos los gustos. Para los más tradicionales hay desde albóndigas hasta carnes ibéricas y caldereta extremeña, y los más arriesgados, que buscan nuevas combinaciones, pueden encontrar tapas como el sushi de pollo y verduras con hummus y salsa agridulce, de La Fresquita, que mezcla lo japonés y lo árabe.

Además, la feria de la tapa se ha convertido en un escaparate para los que han abierto recientemente, como es el caso de la Abacería San Juan, La Fresquita o Jamaco, que han visto en este certamen "la oportunidad de promocionar el establecimiento", según el encargado de Jamaco. La Abacería San Juan tuvo un problema con el proveedor y cambió su tapa estrella de berenjena con solomillo a la crema de torta por codorniz con penacho de patatas y salsa de ciruela. "En menos de una hora han volado las codornices, hemos servido 150 y ya no nos queda ninguna", explicaba José Manuel Sánchez, el gerente de este establecimiento, que trabaja las carnes de caza.

El bacalao es el pescado protagonista, aunque hay mariscos, como el crepe de mariscos citridulce de Patalana, que en una hora había servido 100 crepes, según Ramón Patalana.