La verdad es que, a la vista de los resultados electorales que todo el mundo comenta sin entender, lo más curioso de los mismos es que los badajocenses nos hallamos ante una disyuntiva de calado y que merece un par de minutos de atención. Tenemos que elegir entre el oasis o la Taifa. El oasis construido por esta nueva y talentosa forma de hacer política consistente en volvernos locos a todos mientras se nos asegura que lo hacen por nuestro bien y que no debemos preocuparnos por nada porque nos protegen y conducen por la senda del progreso, amaneciendo cada día en los portales de nuestras viviendas el maná laico que alimente nuestras felices existencias-uff, se me ponen los pelos como escarpias de la emoción. O la Taifa, la Taifa de los Aftasíes, rememorando aquel glorioso periodo de la historia de nuestra ciudad cuando el Reino de Badajoz fue cuna de poetas y sabios, de científicos y literatos, de intelectuales y artistas que no apoyaban más que la rebeldía frente al poder, la libertad frente al pensamiento único y la estrategia en poner en valor la identidad propia y la independencia frente al invasor.

Badajoz tiene que apostar por el oasis, que dicen que es una opción de futuro, o por la Taifa, la vuelta a los orígenes, que los más catetos identificarán como algo retrógrado. Volviendo a los resultados electorales, haciendo un ejercicio de política ficción y teniendo en cuenta el carácter indomable de los badajocenses (en 1811, durante el sitio de Badajoz, el capitán general del Reino de Galicia nos describe como "valerosos habitantes", "inconquistables los pueblos que quieren ser libres", "adornados de virtudes patrióticas"), todo indica que el Reino de Badajoz vuelve por sus fueros. El PP sigue generando la confianza mayoritaria de los ciudadanos, con 9.269 votos más que en mayo pasado, situándose en el 51,39%; el PSOE ha sumado 9.339 votos (en realidad, sólo suma 70 votos respecto al PP y a los comicios locales, y se queda en el 41,98%); y el descalabro de IU, que se quedaría sin representación municipal, perdiendo 1.459 votos de una tacada, se debe a algo más que a un bipartidismo galopante.

Los que piensan que nuestra ciudad se ha quedado como una isla en medio de la nada pueden creer que el Reino de Badajoz es una opción con enormes posibilidades.